Todos los días podemos ver noticias en la prensa especializada
donde un fabricante de circuitos integrados, ya sea grande o pequeño, acaba de
introducir en el mercado un nuevo circuito SoC (System on-a-Chip) que implementa
todo el stack Bluetooth sin necesitar componentes adicionales, normalmente basta
con una pequeña antena en espiral construida en el mismo circuito impreso. Hace
apenas un año, cuando eran pocas las empresas que estaban metidas a fondo en
el Bluetooth, las incertidumbres que teníamos todos era el precio o coste que
iba a suponer embarcar dicho estándar en los equipos de sobremesa o portátiles
de uso más cotidiano como PCs, agendas personales o PDAs, teléfonos móviles,
etc. Por aquellas fechas, conseguir un circuito, como los mencionados anteriormente,
por un precio de 30 U$ para grandes cantidades era ya un éxito.
Así estaban las cosas hace un año, pero el panorama está cambiando…
Con esa previsión de coste, se limita bastante el abanico de productos que podrán
llevar embarcado el Bluetooth. Por ejemplo, el comprador de un ordenador, ya
sea de sobremesa o portátil, no le importa pagar el incremento de precio entre
un equipo con este estándar instalado y el equipo que no lo tiene. Más y cuando
el vendedor le destaca todas las ventajas de tener el Bluetooth instalado aunque
la mayoría de estos usuarios no lo usarán en toda la vida útil del nuevo equipo
(unos tres años). Para la mayoría de los compradores de PCs, el Bluetooth será
una pegatina en la envoltura del ordenador. ¿ Cuántos usuarios de ordenadores
portátiles saben que disponen de un puerto infrarrojo (IrDA) que le permite
volcar datos entre su teléfono móvil o su agenda personal y su PC ?
Lo
mismo sucede en el caso de los electrodomésticos de línea blanca o marrón con
precio superior a las 50.000 ptas. Al comprador final no le importará pagar
el sobreprecio para implementar Bluetooth siempre y cuando el vendedor le demuestre
que este estándar le aporta un valor añadido diferencial respecto al electrodoméstico
que no lo tiene. La idea consiste usar el teléfono móvil de tercera generación,
con su amplia pantalla, o una agenda personal, como interface gráfico de usuario
para programar la lavadora, el horno, la calefacción, el equipo de música MP3,
o cualquier otro electrodomésticos o dispositivo
que tenga algo de inteligencia. Pero,
para todos aquellos electrodomésticos o dispositivos, con un coste inferior
a unas 50.000 ptas, el incremento de precio al embarcar Bluetooth, con circuitos
de 30 U$, sería muy elevado y reduciría drásticamente su mercado.
Como se comentaba al principio de este artículo, cada vez aparecen más fabricantes
de dispositivos que implementan el stack Bluetooth sin apenas hardware adicional.
Pero la noticia más relevante es que algunos de ellos ya están ofreciendo los
circuitos, para grandes cantidades, a precios de tan sólo 5 U$. Lo curioso del
caso es que son pequeñas y desconocidas empresas, que antes se limitaban a diseñar
circuitos SoC para aplicaciones de RF, las que están sacando al mercado circuitos
Bluetooth a unos precios extremadamente bajos para las previsiones de hace un
año. Es más, muchas de ellas nacieron gracias a la iniciativa de varios ingenieros
que abandonaron su puesto de trabajo en alguno de los grandes fabricantes de
semiconductores mundiales, y crearon una startup con el único objetivo, a corto
plazo, de desarrollar un circuito que implementara Bluetooth. ¿ A quién beneficia
este cambio radical en las expectativas del coste del hardware Bluetooth?
Esta
claro, muchos dispositivos, con un precio relativamente bajo (» 10.000 ptas.),
podrán usar el Bluetooth sin apenas incrementar su precio final. Destacan: teclados
y ratones de PC, hornos microondas, termostatos de pared, pequeños televisores
y equipos de música, mandos a distancia multidispositivo, auriculares inalámbricos
ya sean para el PC, como para ver la tele o mantener una conversación telefónica
usando el teléfono fijo como base.
Resumiendo,
desde el punto de vista de hardware, el Bluetooth parece que tiene un prometedor
futuro, cada vez son más los fabricantes que tienen en su catálogo un circuito
integrado que lo implementa a un coste relativamente bajo. Pero ¿qué pasa con
las aplicaciones que supuestamente usarán Bluetooth como medio de comunicación
? ¿ Cuántas empresas especializadas en este tipo de software están apostando
por el Bluetooth como soporte de comunicaciones ?
A
nivel mundial se ha calculado que de todo el dinero invertido en temas relacionados
con Bluetooth, el 74 por ciento ha ido para empresas que fabrican este hardware,
mientras que tan sólo el 23 ha sido invertido en el desarrollo de aplicaciones.
Da la sensación que se está creando una demanda artificial de circuitos Bluetooth
que será mayor que la demanda real a corto y medio plazo. Muy pocas empresas,
o casi ninguna, han demostrado una o varias aplicaciones que usen del Bluetooth
de forma eficaz, sencilla y transparente para el usuario. Sin aplicaciones como
estas la demanda de dispositivos con Bluetooth será mínima.
Si
este panorama no cambia sustancialmente, parece que en los próximos años, el
Bluetooth será como un puerto infrarrojo IrDA, pero un poco más avanzado (no
habrá que enfrentar los equipos de forma que se vean ambos puertos) que tan
sólo será útil para transferir datos entre el ordenador portátil y el teléfono
móvil o para sincronizar la agenda personal con el MS Outlook, sin usar engorrosos
cables.
Sobre el Bluetooth…
El rango de frecuencias en que se mueve Bluetooth (2,402 GHz a 2,480 GHz) está
dentro de una banda libre que se puede usar para aplicaciones ICM (Industrial,
Científica y Médica) que no necesitan licencia. La primera versión de Bluetooth,
la que implementan los circuitos disponibles actualmente o que lo harán en breve,
puede transferir datos de forma asimétrica a 721 Kbps y simétricamente a 432
Kbps. Se puede transmitir voz, datos e incluso vídeo. Para transmitir voz son
necesarios tres canales de 64 Kbps, para transmitir vídeo es necesario comprimirlo
en formato MPEG-4 y usar 340 Kbps para conseguir refrescar 15 veces por segundo
una pantalla VGA de 320×240 puntos. Están previstas dos potencias de emisión
en función de la distancia que se desea cubrir, 10 metros con 1 miliwatio y
100 metros con 100 miliwatios.
Reseñar
que en algunos países no se puede usar toda esa banda (destacan Japón, Francia
y España) y que, en otros países, no está permitido tener los niveles de potencia
que permiten llegar a tener coberturas de 100 metros. Además, lo que iba a ser
una transmisión multipunto (entre varios dispositivos al mismo tiempo), de momento,
sólo admitirá conexiones punto-a-punto entre dos equipos. Ya hay fabricantes,
que pertenecen al Bluetooth SIG (Special Interest Group), como Toshiba, que
han desarrollado tecnologías que rebasan con creces las prestaciones de Bluetooth
inicial. Incluso llevan meses pensando nuevos modelos de uso, con cambios importantes
en el núcleo de esta tecnología, que amplíen el abanico de aplicaciones susceptibles
de usarla.
Con
todo esto, el usuario final se puede sentir defraudado, cuando intente usar,
por ejemplo, su nuevo teléfono móvil de última generación y compruebe que no
puede usar Bluetooth cuando aterriza en un país distinto al suyo o cuando, no
puede establecer conexión con el ordenador que tiene en su oficina en un momento
dado, porque el vecino está viendo vídeo en tiempo real con un equipo que transmite
100 mW.
Aunque,
a nivel teórico, la modulación usada en Bluetooth (espectro ensanchado con salto
en frecuencias) impide que otros equipos interfieran en la comunicación entre
dos de ellos (las señales no están correladas), en la práctica, cuando hay varios
dispositivos funcionando en ese rango de frecuencias, las prestaciones se reducen
sustancialmente. El mejor ejemplo de este problema son los diversos sistemas
propietarios o estándares, como el IEEE-802.11 o el HomeRF, para implementar
redes de área local en la banda de 2,4 GHz. Según aumenta el número de tarjetas
conectadas, las prestaciones globales se van degradando. No debemos olvidar
que todavía la FCC norteamericana está atendiendo las nuevas demandas, de ancho
de banda y niveles de potencia, solicitadas por las asociaciones que desarrollan
los estándares 802.11 y HomeRF. Ambas iniciativas son norteamericanas y como
el Bluetooth tiene un origen europeo no debemos descartar que aparezcan en Estados
Unidos nuevas iniciativas tecnológicas o legislativas que hagan frente al Bluetooth
(lo han intentado varias veces).
Conclusión…
Resumiendo, la aparición de multitud de fabricantes de dispositivos Bluetooth beneficiará
a la industria de la domótica y pequeños electrodomésticos, ya que podrán usar
el Bluetooth sin apenas incrementar los costes de fabricación. Por el contrario,
el usuario final se arriesga a tener, a corto y medio plazo, multitud de dispositivos
Bluetooth en su vivienda que no podrán hablarse, debido a que muy poca gente
habrá diseñado las aplicaciones apropiadas para ello.