La todavía presente idea del hogar como un dominio doméstico, las dudas sobre la productividad y el temor a abandonar un puesto que ha costado conseguir son los principales motivos que la consultora Mori afirma que tienen las mujeres para rechazar el trabajo en casa.
Los hombres acostumbran a trabajar en sus casas más que las mujeres según un estudio de Mori divulgado esta semana. El análsis indica que prácticamente la mitad (el 45%) de los directivos del sexo masculino acostumbra a trabajar con sus ordenadores domésticos, mientras que tan sólo un 28% de las profesionales del mismo rango hace lo propio.
Sandi Mann, una psicóloga del trabajo de la University of Central Lancashire atribuye estas cifras a las diferencias existentes en la forma como las mujeres y los hombres enfocan el trabajo. «Las mujeres han sufrido durante mucho tiempo para conseguir conquistar su espacio en un entorno que antes era considerado exclusivamente masculino, y ahora rechazan abrir mano de él», explica.
Las mujeres aún ven sus casas más como un dominio doméstico que como un posible entorno de trabajo. A los hombres, por otro lado, les molesta menos el movimiento dentro del hogar: distracciones de familiares, animales domésticos o compras a través de Internet, dice el estudio. Los niños y los amigos fueron citados por el 46% de las mujeres como principales causas de la distracción a la hora de trabajar en casa. Además de esto, ellas también tienden a echar a faltar a los compañeros de trabajo.
El estudio dice todavía que no sólo se sienten menos confortables que los hombres en relación al trabajo a distancia, sino que también dudan de la productividad de los trabajadores que trabajan en casa. Mientras que el 41% de los directores afirman que no tienen preferencia por el local de trabajo y sus subordinados, tan sólo un 22% de los directores han expresado esta opinión.
La pesquisa ha mostrado aún que las mujeres no creen en una mayor satisfacción del trabajador que trabaja en casa respecto al que tiene que desplazarse a la oficina. Tan sólo un 24% de las entrevistadas afirmaron que esta flexibilidad contribuye a aumentar la satisfacción de sus funcionarios, contra un 40% de los hombres que tienen esta visión.