Nunca desde que el gigante de prensa Randolph
Hearst se construyó su casa, han estado los americanos tan fascinados
por la vivienda unifamiliar de una persona rica y famosa. William Henry Gates
III, la persona más rica de la planeta, ya ha terminado la construcción
de la casa futurista de sus sueños al borde del Lago Washington frente
a la ciudad de Seattle.
La construcción de la vivienda ha supuesto 53,392,200 €
y el suelo 9,122,200 €. El solar tiene un frente al lago de aproximadamente
170 metros. La superficie construida es de más de 7000 metros cuadrados.
La vivienda dispone de siete dormitorios, veinticuatro baños, seis cocinas
y seis chimeneas. Está dotada de un garaje subterráneo para 30
coches excavado dentro de la roca además de una sala de recepción
para más de 120 personas. La piscina, de 20 metros de largo, tiene un
sistema musical bajo del agua. Tiene una biblioteca, un cine y una pista de
golf miniatura de 18 hoyos, un río artificial y mucho, mucho más.
La zona privada de la familia Gates es sorprendentemente pequeña
con sus alrededor de 1000 metros cuadrados. Dispone de cuatro dormitorios y
espacios para la niñera además de un garaje cercano para cuatro
coches. El nivel inferior de esta zona hay un "techno-playland" (una
zona de juegos y tecnología) para la familia y un gimnasio con mejores
instalaciones que las de un gimnasio público. Su casa no tienen que ver
con nada de lo que se ha construido hasta el momento lo que hace difícil
compararla con algo ya existente. Pero no es el tamaño lo que la hace
tan impresionante. Es la tecnología la que hace esta casa única,
llena de experiencias multimedia, educativas y de entretenimiento.
Miles de metros de cable, principalmente fibra óptica,
está distribuidos por toda la vivienda conectando servidores con el sistema
operativo de Windows. En cada habitación hay paneles de control táctil
de iluminación, música y climatización. Si el sistema no
está ajustado a los usuarios, la luz y la climatización se controla
y adapta automáticamente. Un gran numero de pantallas planas de cristal
liquido proyectan imágenes por toda la casa. Desde orquestas filarmónicas
durante las fiestas, hasta imágenes abstractas y artísticas para
la relajación y la concentración. Los visitantes también
pueden encontrar pequeños sensores que permiten controlar la situación
de las personas que han entrado en la vivienda, algo que forma parte de la seguridad
integrada.