En los últimos tiempos ha quedado patente el crecimiento
y la evolución de los sistemas sin cable, encabezada por la masiva penetración
de los teléfonos móviles los cuales se han convertido, hoy por
hoy, en un elemento casi imprescindible en nuestras vidas.
Muy probablemente el triunfo de éstos se debe a que se
ha demostrado con creces la eficiencia y las indiscutibles ventajas que presenta
un dispositivo móvil y sin cables frente a los tradicionales equipos
donde la comunicación es guiada de extremo a extremo. Es por ello que
la tecnología móvil GSM, destinada fundamentalmente a la comunicación
de voz, va dejando paso -lentamente, eso sí- a nuevas tecnologías
como GPRS y UMTS con las que se potencian las comunicaciones de datos e imágenes.
Esto, añadido a las necesidades surgidas en el ámbito de la transmisión
de datos entre ordenadores personales donde día a día se diversifican
las ubicaciones de PCs -tal y como sucede con el caso de intranets corporativas-
y se incrementa el número de dispositivos portátiles que se conectan
a una red local, ha supuesto la aparición de las WLAN (Wireless Local
Area Network), redes de área local inalámbricas cuya implantación
es cada vez mayor debido principalmente al incremento del número de dispositivos
móviles: ordenadores portátiles, pocket-PCs, agendas Palm y terminales
Handspring…
Ya sean redes ópticas donde la transmisión se efectúa
mediante luz infrarroja, o bien a través de radiofrecuencia -sistema
mayoritariamente empleado en LANs inalámbricas-, las ventajas que se
presentan con una arquitectura de red bien planteada y asentada en tecnología
inalámbrica son sustancialmente mayores que con redes cableadas, tanto
en el ámbito empresarial como en edificios residenciales e interior de
viviendas.
WLAN en la vivienda
La implantación de una red de área local inalámbrica
en el interior de una vivienda puede suponer un paso más para lograr
un acceso absoluto a las tecnologías de la comunicación por parte
de las familias. Mediante una red sin cables se puede integrar, con coste muy
inferior a lo que a priori se pueda imaginar, los diversos equipos de los que
se disponga. En el ámbito de las viviendas inteligentes, una WLAN permitiría
integrar uno o varios ordenadores personales con acceso a Internet con los elementos
de control de las instalaciones, así como con equipos portátiles
como ordenadores o agendas electrónicas de organización personal,
los cuáles pasarían a formar parte de la red interior simplemente
con entrar en el área de cobertura de la misma. En estos casos cualquier
tipo de obstáculo físico es salvado sin la menor complicación,
lográndose con una simple configuración de la red velocidades
de hasta 11 Mbps, las cuales resultan competentes al cien por cien con las redes
cableadas actuales.
Redes vecinales
Trascendiendo los límites de la vivienda, las redes inalámbricas
permiten crear lo que se ha dado en denominar "redes vecinales inalámbricas",
concepto de arquitectura de red de área metropolitana que ha sido desarrollada
en algunas ciudades de EE.UU. y Europa como San Francisco, Nueva York o Londres,
con una implantación y funcionamiento más que aceptables.
Aprovechando que las WLAN no requieren licencia por ocupación
del espectro radioeléctrico, resulta factible crear una red de datos
entre vecinos pertenecientes a un conjunto residencial en concreto, e incluso
si se propone y tiene la acogida suficiente, podría cubrir el área
total de una ciudad. Para ello cada usuario precisa disponer de una tarjeta
de red WLAN a través de la cual establecerá comunicación
con el resto de usuarios, conectándose al backbone de la red. A través
de éste -y actuando uno de los equipos como punto de acceso-, la totalidad
de los usuarios podrán acceder simultáneamente a todos los servicios
de comunicaciones que ofrece Internet sin restricción alguna, desde navegación
web hasta VoIP (voz sobre IP). La distancia máxima admitida entre usuario
y punto de acceso es de 300 metros, por lo que se deberían crear celdas
donde cada cual cubriese dicha área, siguiendo una configuración
similar a la red de telefonía móvil.
Características y ventajas de una WLAN
- Configuración y mantenimiento sencillos La
práctica totalidad de fabricantes de dispositivos WLAN proporcionan
software de fácil manejo para su configuración y gestión. - Estandarización El protocolo IEEE 802.11b
ha supuesto tras su aprobación, hace algo más de un año,
el paso definitivo para el arranque de la tecnología inalámbrica
en redes de datos. - Velocidad y seguridad en las comunicaciones Se
consiguen velocidades de 11 Mbps en el área de alcance máximo,
pero se ha introducido el cambio dinámico para ampliar la conectividad.
Asimismo, los dispositivos incluyen encriptación de los datos con 128
bits. - Arquitectura escalable La posibilidad de crecimiento
es ilimitado tanto en área de alcance como en número de usuarios. - Múltiples dispositivos Tras la estandarización
tecnológica han aparecido múltiples dispositivos para redes
RF-WLAN (por radiofrecuencia). Empresas como 3Com, Intel, Compaq y Apple han
lanzado al mercado diversos equipos totalmente compatibles entre sí. - Bajo precio Diseñar y crear una red inalámbrica
tiene un coste mucho menor que una red cableada, pues el precio de los puntos
de acceso y las tarjetas Ethernet wireless es menor que el costo total del
cableado estructurado, rack, paneles de parcheo…
En la actualidad la implantación de este tipo de redes
no ha calado del todo entre los ingenieros telemáticos y los propios
usuarios de las redes. Sin embargo las múltiples ventajas y posibilidades
que se presentan con éstas hacen prever que con el tiempo se consiga,
al menos, la misma aceptación y penetración de las redes cableadas.