Si echamos la vista atrás unos años y tratamos de
ver cómo se realizaba el planeamiento y el desarrollo del cableado en
las redes para interiores, tanto de datos como telefónicas, podremos
observar que el caos y el desorden reinaban por encima de la posible funcionalidad.
La posibilidad de integración de diferentes redes era casi nula y en
el caso de que llegara a ser posible, se presentaba como una empresa nada sencilla,
pues integrar telefonía y datos era casi una utopía y la proliferación
de los sistemas propietarios asociados a cada empresa -había casi tantos
tipos de cables como marcas tecnológicas-, hacía muy difícil
cualquier tipo de modificación de redes preexistentes.
El desorden reinante con múltiples medios de transmisión,
la notoria imposibilidad de desarrollo y los elevados costes para la ampliación
de las redes, condujeron inexorablemente a la estandarización de los
sistemas de cableado. Apareció entonces el cableado estructurado, un
modelo de arquitectura y desarrollo de redes que, a través de una técnica
específica de cableado universal, permite la integración a través
del mismo de múltiples servicios con una complejidad reducida.
Universalidad y estandarización
La principal característica de los métodos de cableado
estructurado radica en la universalidad y la independencia de su uso. A través
de éste es posible integrar sistemas de transmisión de datos,
voz, imágenes e incluso señales de control. Para ello los diferentes
estándares -el americano EIA/TIA 568A & B, el europeo CENELEC EN
50173 y el internacional ISO/IEC IS 11801- definen dos tipos de cable posible:
los cables de pares trenzados de cobre y la fibra óptica, los cuáles
cumplen los preceptos fundamentales de este tipo de cableado.
Estructura
Un sistema de cableado estructurado determina únicamente
la topología física de la red. Es decir, independientemente del
protocolo de comunicación que posteriormente soporte la red, los estándares
sólo marcan la estructura física que en la mayor parte de las
implementaciones, suele ser en estrella. Dicha estrella tiene los componentes
siguientes:
- Armario principal, que realiza las funciones de conexión
entre los elementos activos de las redes (routers, switches, hubs, …),
y las tomas finales de usuario. En el caso de un edificio podría encontrarse
en el recinto de telecomunicaciones y éste daría servicio a
las diferentes viviendas. - Armarios secundarios de distribución, que se ubicarían
-en caso de que desde el armario principal hasta las tomas finales ubicadas
en las viviendas hubiese más de cien metros- en cada una de las plantas.
A partir de éste se desarrollaría la red hasta las tomas. - Backbone, que supone la unión -en el caso de existir-
entre el armario principal y cada uno de los armarios secundarios. - Cableado horizontal, que conforma el tramo físico
de cableado que transcurre desde los armarios secundarios hasta las tomas
de usuario, con una distancia máxima de 100 metros. En caso de superarse,
sería necesario añadir un nuevo armario de distribución. - Tomas de usuario, que son a las cuáles se
conectarán los diferentes equipos (ordenadores personales, dispositivos
de control automático, equipos domóticos, terminales telefónicos,
etc.).
Categoría de cables
Los cables empleados en estos sistemas se clasifican en función
de unas categorías, las cuáles están fundamentadas en una
clasificación que depende de la velocidad y ancho de banda que soportan.
Hoy por hoy, para redes de interiores, la más empleada es la categoría
5e (extendida), que soporta al menos 100 Mhz con unas condiciones de calidad
más que aceptables. Aún así, hay categorías superiores
que se emplearán según la necesidad existente.
En las viviendas
Emplear cableado estructurado en las instalaciones de viviendas
puede suponer un salto cualitativo en las mismas. Probablemente sin vencer el
ramo de posibilidades que ofrecen los sistemas inalámbricos, el cableado
de propósito general permite a través de los cuatro pares de cobre
o de una fibra óptica, la total integración de los servicios.
Las redes de datos se integran con la red telefónica, permitiendo
la transmisión tanto de datos como de voz e imágenes. Asimismo,
la posibilidad de soportar señales de control resulta de gran utilidad
de cara a efectuar el manejo de sistemas domóticos en viviendas inteligentes.
Con todo ello se demuestra que la universalidad y el principio de propósito
general del que hace gala el cableado estructurado, se encuentra más
que justificado.