Hoy en día cuando hablamos de domótica, de edificios
con instalaciones automatizadas, de hogares inteligentes que cuentan con los
últimos avances en tecnología residencial, así como cuando
indagamos en los catálogos de los fabricantes de productos para la instalación
eléctrica en viviendas, nos encontramos con frecuencia que dichas instalaciones
se hayan asentadas sobre un sistema de transmisión ampliamente implantado,
el cual se ha dado en denominar instabus EIB. Su uso parece estar muy implantado
y tener un presente y futuro de lo más halagüeño. Pero realmente
¿qué es el instabus EIB, para qué se emplea y en qué
se basa su funcionamiento
El Bus de Instalación Europeo surge -al igual que ha sucedido
en muchos otros ámbitos de la industria- de la estandarización
y de la necesidad de disponer de un sistema único capaz de aglutinar
y soportar sin problema técnico alguno, la totalidad de la instalación
eléctrica, sobre todo si a ésta añadimos todos los dispositivos
de captación y control que una red domótica requiere. La intrincada
maraña de cables, la presencia de múltiples sistemas propietarios
-prácticamente uno por marca-, y la clara complejidad de manejo de un
sistema con estas caóticas características, llevó durante
la pasada década a empresas productoras de dispositivos eléctricos
como Simon, Siemens, Jung, Tegui,… y un largo etcétera de fabricantes
del sector, a crear la asociación EIBA e investigar y diseñar
un sistema estándar que se estableciese como patrón de los productos
que a partir de entonces apareciesen en el mercado. Y con este propósito
como precepto fundamental e inescrutable surgió el instabus EIB.
Características técnicas del sistema
El i-bus -como también se conoce- cuenta con una serie
de características y términos básicos y elementales sobre
los cuales se asienta la instalación de la cuál es soporte. En
primer lugar el bus o medio físico se erige como el principal vértice
del triángulo de funcionamiento. Éste se encargará de comunicar
a todos los dispositivos que se conectan al mismo, mediante los dos hilos conductores
de los que se compone. Al igual que los cables de comunicación para redes
de ordenadores, se encuentra trenzado y con una pantalla protectora. Por otra
parte se encuentran los dispositivos transceptores que captan una magnitud física
-desde sonido hasta temperatura o humedad- y la transmiten al bus para que la
tercera parte componente de la estructura, los dispositivos de actuación,
recojan los datos, los procesen y actúen según la necesidad. En
función de qué parámetro lea el dispositivo realizará
o no su función: cerrar una ventana, encender el aire acondicionado,
regular la potencia eléctrica, etc. La transmisión de dichos datos
se efectúa mediante una trama digital de 22 bytes como máximo
a una velocidad de 9,6 Kbps, la cual llevará toda la información
útil y de control que los componentes del sistema necesitan. Este sistema
en sí es tremendamente sencillo, máxime si se tiene en cuenta
que no está centralizado sino que cada elemento, ya sean displays de
información, reguladores, teclados, sensores o actuadores, incorporan
implícitamente el procesamiento que necesitan a través de microcontroladores,
funcionando cada uno independientemente del resto.
Usos del instabus EIB
Este sistema europeo que cada vez se encuentra más asentado
como estándar de instalación, soporta -desde el punto de vista
de sistema transmisor de información- todos los servicios que las redes
domóticas de cualquier tipo requieren. Y en lo que a servicios y aplicaciones
se refiere, permite automatizar todo tipo de edificaciones: residenciales, comerciales,
de ocio, hoteles, bancos, oficinas,…
Control de iluminación, manejo de apertura y cierre de ventanas y persianas,
reducción de la potencia de iluminación, control de instalaciones
de agua y gas, etc. Todas ellas son gestionables a través de este medio.
Ventajas
Las ventajas de un sistema estándar quedan patentes desde
que éste pasa a ser un patrón y a marcar el devenir de la evolución
de un sector, sobre todo si es realmente evolucionado. Poder inventar e implementar
una instalación domótica completa sobre un bus cuya instalación
se lleva a cabo paralelamente a las líneas de energía de los edificios,
con dispositivos cuya implantación conlleva un sobrecosto menor de lo
imaginable y con más de cien empresas desarrollando productos para éste,
no puede más que llevar aparejadas ventajas. El EIB cuenta con estas
características y puede tener una evolución considerable, siempre
que todos los actores de una construcción tengamos la voluntad de implantarlo.