«Existen elementos de dinamismo importantes en la sociedad y en la Administración Electrónica, pero España sigue todavía rezagada en utilización de Internet, uso de comercio electrónico e incorporación a la SI, como le correspondería a un país de su peso en la UE», afirmó el director general de la Fundación Auna, Fernando Ballestero, que constató que las sociedades digitales son, actualmente en España, «fenómenos netamente urbanos».
Los dos obstáculos a los que se enfrenta el desarrollo de la SI en España frente a Europa son –según el informe– el estancamiento en el crecimiento de internautas durante 2001 y las barreras existentes para que éstos puedan acceder a la SI. Así, se apunta a que ambos están relacionados con el coste de los servicios de conexión y su calidad, así como con el impacto que tienen las barreras idiomáticas, ya que el castellano es todavía una lengua minoritaria en Internet (en torno al seis por ciento).
Por este motivo, Ballestero se refirió a cinco grandes retos para el futuro inmediato: incorporar a España a la SI; anticiparse a las necesidades de formación –déficit en Nuevas Tecnologías de cerca de 70.000 empleos cada año, «no sólo de licenciados sino también de Formación Profesional–; potenciar la Administración Electrónica –pese a los «importantes avances, todavía queda mucho», reseñó–; evitar la denominada ´brecha digital´; y, por último, potenciar el uso del español en la Red.
El informe pretende ofrecer una visión general de la situación en la que se encuentra España en el proceso de desarrollo de la SI, incluyendo referencias sobre su posicionamiento en el mundo. Así, señala que existe un primer grupo de países, integrado por los escandinavos y del norte de Europa, que se encuentra en posiciones de vanguardia junto con Estados Unidos, Canadá y otros países del este asiático.
Después, hay un segundo grupo –en el que se incluye a los países del centro de la UE y en el que no está España– que presenta también altas tasas de adopción de las Nuevas Tecnologías, pero normalmente no se incluyen dentro de las diez primeras posiciones en los índices mundiales generales relacionados con SI.
En el último grupo se encuentran los países del sur de Europa, cuya integración de la SI parece seguir rezagada con respeco al resto de la UE, y en el que España está al mismo nivel que Italia y por encima de Portugal y Grecia. Cuenta con un retraso del sesenta por ciento respecto a los países más avanzados de la UE en lo que se refiere a hogares conectados a Internet, y de un 37,7 por ciento si se compara con la media comunitaria, añade el informe.
De España se destaca su nivel de apertura de la economía, la disponibilidad de recursos humanos cualificados y la capacidad de innovación –aspectos en los que supera la media comunitaria–, mientras que los mayores retrasos se encuentran en las infraestructuras de PC y en la penetración de Internet y del comercio electrónico.
El informe señala que durante el pasado año las administraciones públicas españolas hicieron un «importante» esfuerzo para incorporarse a la SI –el 84 por ciento de los webs de la Administración General del Estado tienen niveles de calidad altos, destacando el de la Agencia Tributaria–, pero la adaptación de las pymes es «muy lenta» en relación a las grandes empresas y al sector público. Estas diferencias se aprecian principalmente en lo que se refiere al comercio electrónico o la salud en Red.
En las empresas de menor tamaño, el nivel de equipamiento de Tecnologías de la Información y Comunicación «sigue siendo una asignatura pendiente» y, en general, Internet no es más que una herramienta que casi no se utiliza más allá del uso del correo electrónico.
La banca ha sido el sector que con mayor ímpetu ha adoptado Internet como medio de relación con los clientes, contando para ello con sitios web «de calidad». España ocupa la cuarta posición en el conjunto de la UE en lo que se refiere a número de usuarios totales de banca electrónica.
Por otro lado, el sesenta por ciento de los centros hospitalarios públicos disponen de sitio web, destinado, sobre todo, a proporcionar información a médicos y pacientes –«si bien el grado de interacción con los usuarios es bajo»–; más de la mitad de la oferta hotelera española es accesible al usuario a través de ´e-mail´; y se constata que los museos españoles han irrumpido en Internet con webs «de gran calidad, cuya presencia es comparable a la de las mejores pinacotecas del mundo».
El número de dominios de Internet registrado en España experimentó, entre enero de 1998 y enero de 2002, un ritmo de crecimiento superior al del resto de los países de la UE, con un aumento del 7,8 por ciento anual, sólo superado por el 8,4 por ciento de Italia. No obstante, se lamenta la «rigidez» del registro de dominios de primer nivel nacional (´.es´).
Por último, el internauta español se dedica sobre todo a consultas de información o a la lectura de información, mientras los europeos prefieren usos más específicos. Además de leer el correo electrónico, destaca la afición del usuario español por la descarga de ficheros de música, por encima del resto de países europeos. Sin embargo, menos del quince por ciento de ellos son compradores ´online´, lo que lastra el desarrollo del ´e-commerce´ en España.