Forrester Research indica que al final del año 2002 casi el 25% de los hogares de EE.UU. tenían banda ancha, cifra que duplica a la del año 2001. Jed Koldo, analista de esta empresa, opina que las empresas financieras, distribuidores y proveedores de servicios de salud son ejemplos de empresas que podrían aprovechar más el desarrollo de la banda ancha, pero no gastando energía, tiempo y dinero en complicado servicios de multimedia, sino pensar en pequeño servicios de gran valor añadido. En si misma la conexión permanente tiene mucho que aportar a las pequeñas actividades rutinarias que la gente realiza en su día a día.