Crece la necesidad de la teleasistencia en el hogar para la tercera edad

España es el quinto país el mundo con mayor esperanza de vida que, según las últimas estadísticas, se encuentra por encima de los 80 años y puede llegar a cifras de tres dígitos en muy poco tiempo. Un 17.3% de la población – 7 millones de personas en nuestro país -, es mayor de 65 años, de los que más de un millón y medio son octogenarios y casi un cuarto de millón ha alcanzado los 90 años. A este respecto, el Instituto Nacional de Estadística (INE) prevé que para 2025 la cifra de personas de la tercera edad alcance el 20% en nuestro país, lo que supone un considerable aumento respecto a las últimas décadas.

La universalización de la medicina y sanidad, la mejora en las condiciones y calidad de vida de los mayores, y las nuevas ofertas sociales y culturales para la tercera edad han hecho de este colectivo un conjunto muy diversificado con nuevas necesidades de ocio, salud, atención y compañía. Entre ellas la teleasistencia se ha colocado en uno de los primeros puestos debido, en muchos casos, a que una cifra cada vez mayor de personas de la tercera edad quieren extender su permanencia en el hogar hasta que sus cualidades físicas o psicológicas le impidan hacerse cargo de sí mismos por completo. Hoy en día ocho de cada diez mayores (un 80 %) residen de forma autónoma en solitario o con su pareja, y son muchos los que demandan una solución intermedia entre esa opción de vida y el ingreso en centros especializados. Para ellos, Ballesol ha puesto en marcha el servicio Ballesol Atención Directa, que ofrece nuevas formas de seguridad, comodidad, atención y ocio sin la necesidad de ingresar en un centro residencial pero con la garantía de todos sus servicios tanto sanitarios como sociales y culturales.

Nueva cultura de la tercera edad

La tercera edad aparece hoy como un colectivo con nuevas ambiciones, hábitos de vida mucho más activos y necesidades muy diversas, que incluyen desde la atención sociosanitaria constante hasta las formas de ocio más innovadoras. No es de extrañar que cada vez sea mayor el número de personas de la tercera edad que buscan disfrutar de la vida con costumbres más saludables – entre las que se encuentran el cambio en los hábitos alimenticios o el deporte – y actividades más diversas – como el baile, los viajes, los talleres culturales, la formación para mayores o la compañía de jóvenes durante varias horas al día. Para ellos, la teleasistencia es uno de los primeros pasos a la hora de “continuar independizado” sin temor a no saber reaccionar ante un problema, sentirse sólo o aislarse del resto de personas con su misma edad e ilusiones. Se trata de una nueva vía de atención moderna, eficaz y al alcance de todos que, por medio de un dispositivo de alarma conectado a la red telefónica permite avisar inmediatamente de cualquier emergencia que pueda surgir para su posterior atención u hospitalización .

Sin embargo todavía no es muy elevado el número de personas que hacen uso de este sistema. Actualmente se estima que unas 45.000 personas (ancianos y discapacitados) de los 7 millones de españoles mayores de 65 años disponen ya en sus hogares de terminales de teleasistencia que aseguran una atención inmediata durante las 24 horas del día. Eso se debe, en muchos casos, a la falta de información o a los servicios actuales de teleasistencia que, sin dejar de ser útiles, se limitan a la tradicional “telealarma” cuya comunicación carece de “cercanía y humanidad”. Es por eso que Ballesol ha extendido las actuales posibilidades de la teleasistencia para ofrecer un valor añadido a los mayores que todavía permanecen en sus hogares.

El nuevo servicio Ballesol Atención Directa no sólo permite la comunicación en caso de emergencia, sino que ofrece una interrelación telefónica en casos de soledad, el seguimiento de la actividad diaria de cada uno de sus abonados y el uso de las instalaciones, servicios y talleres de todos los centros de Ballesol en la Comunidad de Madrid. De esta forma los mayores pueden mantener un elevado nivel de independencia, formar parte de la actividad social, sanitaria y cultural de los centros del Grupo (peluquería, biblioteca, salas de TV, talleres, viajes concertados …) y contar con la tranquilidad de disfrutar de una atención directa e ininterrumpida ante cualquier problema físico, anímico o necesidad de comunicación. Un paso más en los servicios de atención remota para la tercera edad que, en un corto espacio de tiempo, se harán imprescindibles para los mayores que deciden vivir de forma autónoma con todas las garantías de un centro residencial.

 
 
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