controles electrónicos de altas prestaciones permiten el funcionamiento
en red de los electrodomésticos Miele. Controles electrónicos
de última generación incorporados a los electrodomésticos
hacen realidad algo que hasta hace poco parecía ciencia ficción.
Los electrodomésticos capaces de transmitir y recibir información
pueden controlarse ya desde una consola central. Una especie de puesto de mando
domótico desde donde se controlarían el lavavajillas y el horno
en la cocina, la lavadora y la secadora en el office, el frigorífico
y el congelador en la bodega, la calefacción central y la alarma antirrobo,
las instrucciones electrónicas de manejo y la elaboración de listas
de pedidos al supermercado, así como TV, internet y monitorización
del acceso a la vivienda. Una lista que podría crecer sin parar, puesto
que, en teoría, cualquier aparato eléctrico o electrónico
podría ser conectado a la consola central, o terminal Miele@home, a través
de la red eléctrica de la vivienda. Los controles se activan por medio
de una pantalla táctil.
La alta tecnología forma ya parte fundamental de nuestras vidas diarias.
“Los programadores electrónicos que incorporan cualquier lavadora
del actual programa de Miele, hubieran tenido suficiente capacidad de control
como para haber hecho funcionar el programa espacial norteamericano de los años
’60”, mantiene Markus Miele, miembro de la cuarta generación
que representa a una de las dos familias fundadoras y copropietarias de la empresa
Miele y uno de los actuales miembros de la Alta Gerencia de la empresa. En términos
de velocidad, el microprocesador de las lavadoras actuales de Miele es, aproximadamente,
300 veces más rápido que el que llevaban las cápsulas Apolo.
En cuanto a la capacidad de memoria de nuestros actuales programadores es unas
cuatro veces superior a los utilizados en aquel programa espacial. Por otra
parte, los controles electrónicos que se encontraban a bordo del Apolo
a duras penas podrían ser utilizadas actualmente para el panel de mandos
de nuestras lavadoras actuales. El circuito impreso que entonces pesaba cerca
de 30 kg, hoy día ha sido reducido a tan sólo 640 g. y, además,
es capaz de procesar señales procedentes de no menos de 14 sensores y
de realizar complejos cálculos.
La fabricación y montaje de módulos electrónicos de control
para electrodomésticos es la segunda actividad industrial de Miele. Miele
fue uno de los primeros fabricantes de electrodomésticos en reconocer
las enormes posibilidades que podían ofrecer los dispositivos de control
electrónico en el campo de la facilidad de manejo y en la mejora de prestaciones.
Los controles electrónicos simplifican las operaciones de manejo y ofrecen
al usuario enormes ventajas y múltiples funciones adicionales. Todo ello,
ayuda a reducir los consumos y a garantizar óptimos resultados y amplios
márgenes de seguridad. En caso de producirse un fallo de la máquina,
la electrónica se encarga también de proporcionar a los técnicos
del Servicio Postventa una importante ayuda en la búsqueda de la avería.
En el futuro más cercano, los controles electrónicos asegurarán
la comunicación entre los electrodomésticos y sus propietarios
vía terminal Miele@home. El usuario no tendrá que preocuparse
sobre los estándares ni la tecnología que hace posible la intercomunicación.
Como el resto de aparatos eléctricos el terminal tendrá la forma
de una unidad compacta. La cocina ofrece indudables ventajas de emplazamiento
para supervisar desde ahí el funcionamiento de los aparatos y, por ello,
el diseño de los terminales ha sido realizado en la misma línea
que los otros electrodomésticos empotrables de Miele. Algunas de estas
máquinas como las lavadoras, secadoras y frigoríficos simplemente
se conectan al enchufe como de costumbre. La transmisión de datos tiene
lugar a través del cable eléctrico, de ahí el término
PowerLine Comunication (PLC) o comunicación por cable eléctrico.
“Nuestra solución no será cara ni difícil de instalar”,
afirma Markus Miele. “No es necesario realizar un cableado adicional,
e incluso implementar esta prestación domótica en las máquinas
existentes no será ningún problema”. Un pequeño módulo
sirve de modem, o en términos más sencillos, de “traductor”
asegurando que los diversos aparatos y máquinas eléctricas conectados
al sistema hablarán el mismo idioma.
Para asegurarnos que el mayor número posible de aparatos puedan comunicarse
entre sí es necesario disponer de un estándar común. En
la actualidad, la Konnex Association (KNX) está trabajando en la elaboración
de un estándar para la industria. Esta asociación engloba a 130
compañías que representan diferentes sectores industriales y que
se encuentran interesadas en sacar adelante una red domótica. El estándar
KNX propugna la fusión de lo mejor de cada uno de los sistemas de bus
de datos existentes en la actualidad, para hacer posible un sistema de plataforma
estandarizada capaz de interconectar todos los electrodomésticos y aparatos
eléctricos.
El proyecto Miele@home está alcanzando ya tal grado de popularidad
en Alemania que se encuentra expuesto en un museo, antes incluso de su lanzamiento
oficial. La visión de Miele de una casa domótica – que se
convertirá en breve en una realidad – se puede contemplar ya en
el Museo de la Comunicación, de Nuremberg.