Telefónica ha presentado hoy la sexta edición del informe La Sociedad de la Información en España correspondiente a 2005, con la presencia de María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta primera del Gobierno, que ha presidido el acto, y de César Alierta, presidente de Telefónica, que lo ha presentado ante más de 300 personas. Como cada año, el informe imprime la radiografía del estado de la sociedad de la información en nuestro país, establece las mejoras que se han producido con respecto al ejercicio anterior y perfila las principales recomendaciones hechas por los expertos.
El informe destaca el hecho de que España superará a final de año los 5 millones de accesos de banda ancha fija, de los que más del 77% utilizan la tecnología ADSL, en tanto que el módem cable es utilizado por cerca de una cuarta parte de los usuarios. La tasa de penetración de banda ancha se sitúa ya en torno al 85% de los hogares españoles conectados a Internet. Si a las conexiones de banda ancha fija sumamos los accesos móviles, España cerrará el ejercicio con 5,3 millones de conexiones de banda ancha, un 45% más que en 2004, que cerró con un total de 3,5 millones de accesos. De acuerdo con las previsiones actuales, España contará en 2006 con 7,5 millones de conexiones, llegando a los 18 millones a finales de esta década.
Durante 2005, Telefónica ha invertido en banda ancha en España 1.100 millones de euros, y superará los 10.000 millones de euros en el conjunto de los países en los que opera la compañía, en los próximos cinco años.
A pesar de todos estos datos crecientes, las cifras recogidas en el informe muestran que en España la cuota de mercado en banda ancha de los operadores con mayor esfuerzo inversor en redes de acceso está disminuyendo. Por ello, propone que la regulación de la banda ancha siga los pasos de Estados Unidos, que ha apostado por la innovación y la inversión de forma compatible con el fomento de la competencia y los intereses de los usuarios.
Perfil del internauta español
España cuenta con más de 15 millones de internautas, lo que representa una penetración de Internet del 41,1% de la población mayor de 14 años, un 9% más que el pasado año. El hogar, con el 65,6% de los internautas totales, se ha consolidado como el lugar de acceso preferido, por delante del trabajo (32,7%) y del centro de estudios (12,3%). En la mitad de los hogares españoles hay internautas, pero sólo existe acceso a Internet en el 29,5% de los mismos.
En cuanto al comportamiento del internauta español, más del 20% accede a la Red a diario, mientras que el 34,6% lo ha hecho a lo largo del último mes y un 41% en el último trimestre. La falta de interés (68,47% de los encuestados) y la falta de formación (45,48%) siguen siendo los principales motivos para no utilizar Internet, factores que, por otro lado, están estrechamente relacionados con la edad y la formación de los usuarios. De hecho, el 69,2% de los jóvenes entre 14 y 19 años acceden a Internet, frente a apenas un 1,6% de los mayores de 65 años. En los hogares con hijos el acceso es más frecuente, dato coherente con la distribución por edad de los internautas. Las diferencias en cuanto a educación son aún mayores. Así, mientras el 86% de los universitarios accede habitualmente a Internet, solamente lo hace el 12% de las personas sin estudios.
Entre otros aspectos analizados por el informe, destaca el hecho de que el 81,9% de los hogares cuenta con teléfono móvil y el 74,6% con teléfono fijo. Además, y por lo que se refiere al equipamiento relacionado con el entretenimiento digital, 6 de cada 10 hogares cuenta con DVD, 1 de cada 4 dispone de cámara de fotos digital y de consola y las televisiones planas con tecnología TFT ya están presentes en el 8,3% de los hogares mientras que las de plasma están en el 3,3%.
Recomendaciones
El informe finaliza con la exposición de una serie de ideas o recomendaciones tendentes a servir de impulso para el desarrollo de la Sociedad de la Información en España. Como punto de partida, los expertos apuntan que España debería dibujar y adaptar su propio desarrollo a la estructura económica y peculiaridades socio-culturales del país. Se trata de alcanzar la transformación necesaria para mejorar la posición competitiva y el bienestar social de España sin necesidad de presentar las mismas características o los mismos indicadores de penetración que ofrecen otros países de nuestro entorno.
Una de las principales conclusiones del estudio señala que no basta con tener un buen mercado de TIC. Es necesario, subraya, tener un tejido industrial alrededor de las TIC. Así, los países que cuentan con este escenario alcanzan un mayor desarrollo de la Sociedad de la Información. Como la mayor parte de nuestro tejido productivo son pymes, la adopción de las TIC por este sector ha de ser una prioridad para España en los próximos años.
Se deben de perseguir, no obstante, dos objetivos principales: el establecimiento de un “marco para la digitalización integral” que permita el crecimiento económico, bajo la premisa de la difusión de las TIC en todo el tejido productivo del país; y la evolución de la sociedad hacia un “estilo de vida digital”, que aumente la calidad de vida de los ciudadanos y que contribuya a la cohesión social.
En cualquier caso, la experiencia demuestra que los españoles, una vez convencidos de la utilidad de cualquier aplicación, se decantan por la mejor de sus versiones. Por ello, en el momento en el que el ciudadano español se convenza de la utilidad de Internet adoptará la mejor tecnología para el acceso. Por ello, una vez más, las barreras para el desarrollo de la sociedad de la Información en España no están en la disponibilidad de infraestructuras, sino en la percepción de su utilidad por parte de sus potenciales usuarios.
Tal y como explica el informe, el sector de las TIC conforma un todo que en España, sin embargo, tiene dos vertientes. Así, la cifra de gasto en Tecnologías de la Información (TI: PCs, servidores, etc.) es inferior a la media europea, mientras que el gasto en Tecnología de la Comunicación (TC: telecomunicaciones) se ajusta a la media de Europa. Es ésta última vertiente en la que España ocupa un lugar importante en el mercado internacional.
Otro aspecto sectorial tratado en el libro es la inversión en I+D como elemento clave para el futuro del crecimiento de la competitividad y la productividad. Así, las cifras de inversión de España en I+D sobre el PIB son la mitad de las de Europa y un tercio de las de Estados Unidos o Japón. En este sentido, destaca la aportación de Telefónica, que se sitúa en solitario como la cuarta operadora del mundo en inversión en I+D.
Finalmente, y de acuerdo con el estudio, para la puesta en marcha de estas recomendaciones, será necesaria involucrar a los agentes que, efectivamente, actúan como centros de influencia de todos los demás: Administraciones Públicas, Universidades, Colegios Profesionales, Organizaciones Empresariales y Grandes Empresas, fundamentalmente.