“En Telefónica queremos enriquecer la vida de nuestros clientes. Estamos dispuestos a invertir en España unos 9.000 millones de euros en los próximos cuatro años para anticipar y cubrir las necesidades de todos nuestros clientes en innovación, calidad y eficiencia”, especialmente en el desarrollo de la Banda Ancha fija y móvil, ha anunciado hoy Antonio Viana-Baptista, Responsable del Negocio de Telefónica en España, que ha precisado que esta inversión es “muy fuerte, pero consistente con la visión optimista que tenemos sobre el futuro del sector”.
En su intervención en el XX Encuentro de Telecomunicaciones de la UIMP, tras señalar que las telecomunicaciones “tienen mucho potencial por desarrollar”, Viana-Baptista ha destacado que el sector afronta un importante cambio, que se plasma en dos factores. Primero, que “su crecimiento ha pasado a estar en gran medida basado en el entretenimiento y por los servicios que construimos sobre la comunicación, que en Telefónica ya los definimos como negocios centrales”. Y segundo, en una mayor proliferación de nuevos agentes.
Ante ello, destacó que Telefónica se ha organizado para estar más cerca del cliente y ha avanzado en un modelo de segmentación para ampliar el grado de conocimiento de los clientes y sus necesidades; y señaló que como operador integrado y con presencia en muchos países tiene la oportunidad adicional de traer nuevos servicios y detectar tendencias, lo que provoca que disponga de la más amplia gama de productos y servicios.
Así mismo, comentó que Telefónica invierte para cumplir con las expectativas de calidad de sus clientes; y aseguró que lleva a cabo un intenso programa de innovación en todos los pasos de la cadena de valor, como tecnología, productos, atención o procesos.
Una regulación más dinámica y ágil
Pero Viana-Baptista indicó que para que el crecimiento de la industria de telecomunicaciones se haga realidad en España, “todos debemos trabajar juntos para crear un marco regulador más ágil que se adapte al dinamismo del mercado”, puntualizando que “para conseguir que esos beneficios sigan llegando a nuestras vidas necesitamos un entorno que permita invertir”.
En este sentido, resaltó que la regulación debe por un lado, estar acorde con el ritmo de innovación del mercado, sin retrasar el lanzamiento de nuevos productos y servicios y enfocarse en las necesidades de los clientes. “Sería bueno que el regulador adoptara también la mentalidad de escuchar a los clientes y que no cree trabas artificiales a que estos servicios estén en el mercado en tiempo y forma”, dijo.
Por otro lado, indicó que “debe generar las condiciones para que la inversión que es necesaria para satisfacer las necesidades de los clientes se produzca”, siendo firme con los compromisos de inversión, promover actividades de creación de valor y no simple reventa no intervenir sobre precios finales, favorecer la neutralidad tecnológica del espectro, simplificar y no aumentar la presión fiscal y reducir trabas al despliegue de infraestructuras.