En el desayuno, al que han asistido el director general de Fundetec, Alfonso Arbaiza, Elena Garrigues, directora de la Fundación Garrigues y Teresa Sanjurjo, directora de la Asociación Española de Fundaciones, han intervenido Salvador Espinosa de los Monteros, socio director de HCS (Garrigues) y José Manuel Santiago, gerente de Seisdosmil (grupo Raxon).
Salvador Espinosa de los Monteros, quien se ha encargado de exponer los beneficios de esta iniciativa, ha insistido en la necesidad de dar a conocer a las organizaciones cómo pueden retribuir mejor al empleado. “Llega un momento en el que la empresa se plantea fórmulas para retener el talento de sus empleados y una de ellas es mediante la retribución flexible. Los programas HCI reúnen a la perfección estas características que, además de gratificar al empleado, son una vía para mejorar el conocimiento sobre Nuevas Tecnologías”, afirma Espinosa de los Monteros.
Por su parte, José Manuel Santiago, responsable de Promociones Informáticas Seisdosmil del Grupo Raxon, ha puesto de manifiesto el auge de las soluciones de retribución salarial flexible y de la implantación de los programas HCI. Santiago apuntó que el nivel de adhesión gira en torno al 30% y manifestó su absoluta confianza en los resultados que la iniciativa puede generar para acabar con la brecha digital patente en nuestro país.
Seisdosmil ayuda a la implantación del programa gracias a un servicio de call center, asesoramiento, garantía y asistencia remota. Además, ofrecen un servicio de antivirus por el periodo de renting, pack e-learning y entrega domiciliaria.
Alfonso Arbaiza, director general de Fundetec, ha enfatizado el “carácter práctico” de HCI, como una iniciativa que trata de incrementar el grado de penetración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en los hogares utilizando a las empresas, fundaciones y otras organizaciones como intermediarios. Al facilitar a sus empleados la adquisición en condiciones ventajosas de un ordenador con conexión a Internet para su uso personal desde el hogar, favorecen su inclusión en la Sociedad de la Información y les ayudan a familiarizarse con el uso de las nuevas tecnologías. Como contrapartida, los trabajadores adquieren nuevas destrezas y conocimientos tecnológicos que pueden aplicar en su puesto de trabajo, lo que repercute en una mejora de la productividad de la empresa, que además obtiene una serie de beneficios fiscales.
La empresa que implanta un programa Hogar Conectado a Internet (HCI) facilita a sus empleados la adquisición de equipos informáticos y conectividad para su uso doméstico, con un ahorro de hasta un 43% en el IRPF, mientras que la compañía puede deducirse entre un 4 y un 8% en el Impuesto sobre Sociedades. Así se ha puesto de manifiesto durante el desayuno de trabajo ‘Hogar Conectado a Internet: La tecnología como vehículo para mejorar la productividad y competitividad de las fundaciones’, celebrado esta mañana en la sede de la Fundación Garrigues, en Madrid.
El objetivo de este encuentro, organizado por Fundetec, la Asociación Española de Fundaciones y la Fundación Garrigues, era presentar a las fundaciones el programa ‘Hogar Conectado a Internet’ (HCI) y exponerles las ventajas que se derivan de su implantación, tanto para las propias fundaciones como para sus empleados, y para la sociedad en general, ya que puede convertirse en una importante herramienta para reducir la brecha digital.
Aspectos legales
El origen de estos programas se sitúa en la Ley 6/2000, de 13 de diciembre, por la que se aprueban medidas fiscales urgentes de estímulo al ahorro familiar y a la pequeña y mediana empresa, que luego se concreta en el Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades. Según este texto legal, determinados equipos entregados por las empresas a sus trabajadores para utilizar Internet en su domicilio se consideran gastos de formación profesional, y no renta en especie en el IRPF del empleado, por lo que quedan exentos de este impuesto, al tiempo que la empresa puede aplicarse una deducción de entre el 5 y el 10% de los gastos incurridos. Posteriormente, la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, de reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, en vigor desde el pasado 1 de enero, ha reforzado estos beneficios fiscales.
Los programas HCI se han aplicado ya con éxito en otros países europeos, como Suecia y Reino Unido, donde se ha demostrado la eficacia de iniciativas apoyadas en unos incentivos fiscales similares a los de España. En Suecia se consiguió que entre 1997 y 2002 el grado de penetración de los ordenadores en el hogar pasara del 38% al 82%, lo que ha situado a este país a la cabeza de los rankings internacionales. Por su parte, el Gobierno del Reino Unido estableció unos incentivos fiscales a los programas HCI y se volcó en apoyar su utilización por parte de las empresas, obteniendo un impacto muy considerable: sólo en 2005 se acogieron 700.000 empleados. Logrados los principales objetivos, el incentivo se derogó en 2006.