Los sensores detectan de inmediato el calor que se genera dentro del recipiente dónde se cocinan los alimentos, y hacen que la temperatura se gradúe automáticamente en función de si el recipiente está en contacto o no con la placa. Incluso se autorregula cuando se está salteando la comida de forma rápida.
Los sensores integrados en la cocina de inducción pueden detectar con gran precisión altas temperatura, hasta los 300ºC, y también permiten la programación de la placa en 8 modos diferentes en función del tipo de utensilio utilizado. Esta innovadora cocina, también es más silenciosa – reduce el ruido hasta los 28db- y su seguridad es absoluta para las personas, ya que su superficie nunca se calienta, y para las comidas, que nunca se quemarán gracias al control automático de temperatura. Por el momento, este producto sólo está disponible para el mercado japonés.