La estación meteorológica compacta monitoriza cíclicamente el estado de sus sensores, y tiene una resistencia calefactora que le permite funcionar correctamente a una temperatura de hasta – 20 ºC. El sensor de viento está constituido por dos pines que miden la velocidad del viento por el método de la diferencia de temperaturas en una corriente, por lo que no necesita partes móviles. Se trata, pues, de un aparato extremadamente fiable y estético, de unas dimensiones aproximadas de tan sólo 20 x 20 cm. Existen accesorios para colocarla en una esquina o en un mástil, siempre en exteriores.
Lleva la BCU incorporada, por lo que se conecta directamente al bus KNX. La propia estación recoge y procesa los datos medidos, generando los telegramas para el bus. Únicamente se requiere un transformador auxiliar de 24 V AC/DC para alimentar la resistencia calefactora, que es necesaria para el sensor de lluvia, o si la estación puede estar sometida a temperaturas extremadamente bajas.