La empresa de tecnología Easy Life ha presentado en el recinto ferial de Ifema un proyecto para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y de los más mayores: una vivienda totalmente domotizada que se adapta a las necesidades de estos dos colectivos.
Es un inmueble inteligente –que se puede conocer en pabellón 14, stand G15 de Ifema- que funciona con un software de voz avanzado y que se configura con un lenguaje natural, lejos de las frases predichas con las que, en la actualidad, funcionan muchos sistemas de domótica. Esto permite que cualquier persona con dificultad en el habla o en la dicción pueda utilizar este sistema.
Es decir, algo tan simple como decirle a la vivienda “buenos días” puede significar, si así se programa, que se levanten de forma automática las persianas, se enciendan las luces, se conecte la cafetera y se hagan unas tostadas. Así de fácil, así de real.
Pero, ¿qué ocurre si el usuario ni siquiera puede hablar? Easy Life ha conseguido, a través de un sistema similar al que utiliza la consola Wii, que la tecnología de la vivienda funcione sólo con el movimiento. Lo mismo ocurre con las personas con movilidad reducida: la adaptación a cualquier tipo de discapacidad es total.
Las posibilidades de los productos de Easy Life se multiplican, porque el sistema puede controlarse a través del teléfono móvil o de internet, por lo que se le puede pedir a la vivienda que en cualquier momento del día encienda el horno para que se prepare la comida o que conecte la calefacción porque estamos a punto de llegar a casa. Podemos, incluso, pedirle que nos mande a través de un mensaje de texto al móvil la lista de la compra que previamente le hemos pedido que guarde.
Y todo, para mejorar la calidad de vida de personas con alguna discapacidad. En este sentido, el director general de Easy Life, Amador Melero, ha señalado que desde la empresa, ubicada en Castellón, “se ha invertido la pirámide de la fabricación y primero se piensa en este tipo de personas para luego trasladar las aplicaciones al público masivo”.
En cuanto a la tercera edad, el producto más destacado es una pulsera de reducido tamaño que permite conocer en cada momento, sin llegar a ser intrusivo, dónde se encuentra. Además permite saber si esta persona ha sufrido una caída y en qué estancia de la casa ha ocurrido y controla sus constantes vitales. En el caso de detectar que hay problemas, manda una señal de alarma de forma automática al 112.
El adelanto más notable es que hasta ahora este tipo de pulseras sólo enviaba la señal de socorro en el caso de que la persona mayor hubiera pulsado un botón. Ya no es necesario con el nuevo producto de Easy Life..
Además, la empresa castellonense ha conseguido reducir los costes de toda la cadena de producción –desde fabricación hasta la instalación-, por lo que ha hecho accesible a todas las personas. Con una inversión de tan sólo 1.800 euros ya se puede disponer de esta tecnología.