El pasado mes de febrero, el Congreso de los EEUU retrasó la fecha del conocido como “apagón analógico” del 17 de febrero al 12 de junio de 2009. A partir de este día, las estaciones de televisión del país dejarán de transmitir en analógico para hacerlo en digital. Según datos aportados por la nota que ENTER, Centro de Análisis para la Sociedad de la Información y las Telecomunicaciones del IE Business School, hace pública hoy, en los EEUU hay cerca de un 18% de habitantes en viviendas que obtienen su señal solamente a través de ondas aéreas y, a pesar de que este cambio tecnológico aportará muchos beneficios a los casi 115 millones de hogares estadounidenses que tienen señal de televisión, existen también algunos costes y problemas.
El informe argumenta que el cambio de señal analógica a digital en los EEUU “ha sido probablemente el más drástico de los países que la han implementado si se toma en cuenta la extensión del país, la forma del cambio y el tiempo en que se está desarrollando”. Uno de los mayores inconvenientes podría ser que, coincidiendo con la fecha del apagón, haya un número considerable de familias que no tenga un decodificador de señal a pesar del despliegue del Gobierno por publicitar una serie de cupones canjeables por estos aparatos. Según la nota ENTER, cuando Barack Obama ocupó la presidencia, destinó 650 millones de dólares del plan de estímulo a financiar decodificadores y se calcula que la campaña del Gobierno estadounidense para que los ciudadanos no se queden sin servicio de televisión ha costado unos 1.000 millones de dólares.
A pesar de los inconvenientes, la nota señala una serie de beneficios indiscutibles derivados del cambio de señal: con respecto a los consumidores, una mayor calidad en audio y video y desarrollo de contenidos interactivos y, en cuanto a las empresas, el aumento de los espacios publicitarios y la oferta de paquetes con contenidos premium.