La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) ha presentado un estudio sobre la viabilidad de la competencia en infraestructuras de redes de fibra óptica entre los operadores presentes en España. Teniendo en cuenta el escenario más conservador, el análisis estima que en un periodo de 15 años (2008, año en que comenzaron las inversiones en fibra, y 2023) entre el 43% y el 46% de las viviendas españolas podrían disponer de un acceso de fibra óptica hasta el hogar (FTTH, siglas en ingles de Fiber to the Home) proporcionado por Telefónica o por algún operador alternativo.
El informe también apunta que Madrid y Barcelona son las dos ciudades que presentan un mayor atractivo para estos despliegues, ya que su potencial económico y su alta densidad de población soportarían en un plazo de 15 años la presencia de entre dos y tres redes de fibra óptica alternativas a las de Telefónica. Las poblaciones de entre 1.000 y un millón de habitantes podrían disfrutar en ese mismo periodo de tiempo de una red FTTH alternativa que compita con la del operador incumbente.
El estudio “Modelo de despliegue de redes FTTH/GPON en España” considera que en aquellas ciudades con más de 50.000 habitantes los operadores alternativos que desplieguen redes de fibra óptica podrían, como muy tarde, recuperar la inversión en un plazo de entre 9 y 12 años (ver Gráfico 2). El plazo de recuperación de estas inversiones en el caso de ciudades de entre 5.000 y 50.000 habitantes se situaría entre los 13 y los 14 años, mientras que en las poblaciones más pequeñas (menos de 1.000 hab.) los operadores alternativos prácticamente no tendrían presencia y, de tenerla, tardarían 15 años en recuperar el coste.
Todas las aproximaciones arriba mencionadas están elaboradas teniendo en cuenta el escenario más conservador: despliegue en todo el territorio nacional, es decir, de operadores no de nicho y con planes de despliegue por todo el territorio, y captura baja de clientes que contraten servicios premium (con servicios de valor añadido que sólo se soporten con fibra). Pese a representar una clara opción de competencia frente a los servicios de fibra óptica y una red alternativa más, los operadores de cable no han sido tenidos en cuenta en el análisis de viabilidad. Asimismo, el estudio asume que todos los operadores alternativos desplegarían sus redes FTTH alquilando las canalizaciones y las infraestructuras de obra civil a Telefónica.
La CMT aprobó a finales de enero de 2009 la nueva regulación sobre las redes de acceso de nueva generación que incentivaba la competencia en infraestructuras y obligaba, entre otros, a que Telefónica cediera esas infraestructuras a los operadores a un precio orientado a costes y fijado por el regulador. La obra civil supone una parte muy importante de la inversión en el despliegue de redes, por lo que la compartición de infraestructuras (canalizaciones, conductos e infraestructuras en el interior de los edificios) supone un importante ahorro de costes.
Inversión pública en las zonas rurales o con menor densidad de población
El análisis también reconoce que en aquellas zonas menos pobladas es probable que no exista demanda suficiente que incentive la presencia de más de un operador alternativo (o incluso ninguno, más allá de Telefónica). En este sentido, el estudio destaca que “en estos casos sería deseable la actuación de los poderes públicos para que los nuevos servicios basados en redes de nueva generación también puedan ser disfrutados por los residentes de estas áreas que resultan menos atractivas en términos de inversión”.
Teniendo en cuenta las fuertes inversiones requeridas, el despliegue de redes de acceso FTTH se realizará de forma paulatina, tanto en el ámbito temporal como en el ámbito geográfico. Los operadores irán realizando inversiones selectivas por áreas, comenzando en aquellas zonas donde los costes de despliegue sean menores y los ingresos esperados sean mayores. Estas zonas serán típicamente las zonas urbanas más densamente pobladas y los operadores que antes lleguen tendrán una ventaja respecto al resto que se reflejará en los plazos de recuperación de la inversión.
El estudio supone que los despliegues de red son paulatinos, es decir, los operadores no realizan toda la inversión en un momento inicial, sino que la cobertura de las viviendas se realiza progresivamente, a medida que se incrementa la demanda de servicios FTTH. Esto se traduce en inversiones en red acompasadas, a la par que se va conectando a los nuevos clientes, evitando que la red esté desocupada y que los operadores incurran en costes no productivos.