Como indica el informe que la Comisión Europea ha publicado sobre el tema de la competitividad digital, la economía digital europea está ganando fuerza y alcanzando a todos los sectores de la economía y todos los ámbitos de nuestras vidas. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han aportado la mitad del crecimiento de la productividad que ha conseguido Europa en el curso de los últimos quince años.
Seis de cada diez europeos utilizan regularmente Internet. Sin embargo, si queremos aprovechar plenamente los beneficios potenciales de la economía digital, Europa debe acelerar su ritmo para ofrecer una banda ancha más rápida, aumentar la confianza de los ciudadanos en Internet, mejorar las capacidades de éstos e impulsar una mayor innovación en el campo de las TIC. La Comisión Europea propondrá con esos fines una serie de medidas concretas en su Agenda Digital para Europa, proyecto insignia de la Estrategia Europa 2020, que se pondrá en marcha próximamente.
Según Neelie Kroes, Comisaria responsable de la Agenda Digital, "la economía digital de Europa es fundamental para el crecimiento económico y la prosperidad. Las TIC y la Internet de alta velocidad son hoy tan revolucionarias en nuestras vidas como lo fue hace más de un siglo el desarrollo de las redes de electricidad y de transporte. Pero es preciso seguir apoyando el desarrollo de Internet para que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de la economía digital".
El informe analiza la evolución de las TIC en los últimos tiempos y aporta argumentos de peso para la concepción de una Agenda Digital para Europa, primera iniciativa emblemática de la Comisión Europea que se lanzará próximamente en el marco de la Estrategia Europa 2020 para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador.
Motor básico de la economía
El informe muestra al sector de las TIC como uno de los motores básicos de la economía europea. Gracias a los avances tecnológicos y a las inversiones en el sector, las TIC han conseguido la mitad del incremento de productividad registrado en la UE desde 1995. Los datos de 2004-2007 indican que esas inversiones han comenzado más recientemente a producir también un aumento de la eficiencia en el resto de la economía. El valor añadido del sector de las TIC en la economía europea se sitúa en torno a los 600 000 millones de euros (4,8 % del PIB). El sector, además, representa el 25 % de la inversión comercial total en I+D que se registra en la Unión. Sin embargo, dado que los beneficios que se obtienen de las TIC son todavía mayores en Estados Unidos, Europa necesita reformas estructurales y una agenda digital consecuente para poder desencadenar efectos similares.
Seis de cada diez europeos utilizan Internet
Alrededor del 60 % de la población europea utiliza regularmente Internet, y el 48 % de forma diaria. Estos niveles son comparables a los de Estados Unidos, donde el 56 % de la población utiliza la red diariamente y el 65 % lo ha hecho en los últimos tres meses. Sin embargo, tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos, cerca de un tercio de la población (30 % y 32 %, respectivamente) no ha usado nunca Internet.
Todavía hoy sigue existiendo una profunda brecha digital socioeconómica y geográfica. Concretamente, son las personas mayores, las menos instruidas y las que reciben bajos ingresos las que utilizan Internet con menos frecuencia y tienen destrezas menores. Aumentar las competencias digitales es fundamental para construir una sociedad digital europea. También aquí la UE admite bien la comparación con Estados Unidos, aunque en ese país esté más extendido el uso de la red entre los mayores (la proporción de personas mayores de 55 años que no han utilizado nunca Internet se eleva al 46 % en Estados Unidos, frente al 59 % de la Unión). Desde el punto de vista de los grupos socioeconómicos, la brecha digital es menos marcada en Corea y Japón que en la UE.
La UE es el mayor mercado mundial de banda ancha
El mercado de banda ancha de la UE fue en 2009, una vez más, el mayor del mundo. Casi un cuarto de los ciudadanos de la Unión (24,8 %) dispone de una suscripción fija a servicios de banda ancha. Aunque las velocidades de conexión estén aumentando y el 80 % de las líneas fijas de banda ancha de la UE ofrezca actualmente velocidades superiores a 2 Mbps, sólo el 18 % de ellas se sitúa por encima de los 10 Mbps. Y, si bien estas velocidades son suficientes para las aplicaciones web básicas, no lo son, en cambio, para las más avanzadas, como, por ejemplo, la televisión a la carta. La Estrategia Europa 2020 estableció en su día el ambicioso objetivo de que todos los europeos tuvieran acceso a la banda ancha de 30 Mbps o más. La consecución de estas mayores velocidades exigirá el paso a las redes de acceso de nueva generación. En el desarrollo de éstas, sin embargo, la UE acusa un considerable retraso respecto de Corea y Japón. La migración a una capacidad de banda ancha superior constituye hoy un importante reto estructural para el conjunto del sector de las telecomunicaciones.
Un mercado único en línea
Además de desempeñar un importante papel en el crecimiento de la economía europea, Internet ofrece enormes posibilidades para fortalecer el mercado único. Lo cierto, sin embargo, es que el nivel de comercio y de negocios electrónicos varía de unos Estados miembros a otros y que las transacciones transfronterizas son más bien limitadas. Aunque el 54 % de los usuarios de Internet compre o venda bienes o servicios a través de la red, sólo el 22 % de ellos lo hace desde otros países de la UE. En Estados Unidos, en cambio, el comercio electrónico está mucho más extendido, y el 75 % de los usuarios de Internet compra o vende en línea. Estos datos ponen de manifiesto que Europa carece de un auténtico mercado único digital, que es, sin embargo, esencial para impulsar el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas europeas y para poder ofrecer a los consumidores una más amplia gama de productos a precios competitivos.