En una sociedad como la actual, que depende de la información, es impensable crear empleo y prosperidad sin tener acceso de alta velocidad a Internet. De ahí que la UE se haya comprometido, a través de su Agenda Digital para Europa, a garantizar que todos los ciudadanos europeos tengan acceso a la banda ancha básica antes de 2013 y a la banda ancha rápida y ultrarrápida antes de 2020.
Según la Comisaria responsable de la Agenda Digital, Neelie Kroes, "estas medidas contribuirán a que los europeos puedan contar con el Internet de primera clase que esperan y merecen para poder acceder a los contenidos y servicios que desean". Las medidas son, entre otras:
- Una Recomendación sobre el acceso a las redes de acceso de nueva generación (NGA), para que los operadores de telecomunicaciones sepan cuál es la normativa europea aplicable
- Una propuesta de Decisión, para garantizar que antes de 2013 esté disponible el espectro radioeléctrico necesario para la banda ancha inalámbrica
- Una Comunicación, en la que se explica cuál es la mejor manera de potenciar la inversión pública y privada en las redes rápidas y ultrarrápidas.
La banda ancha de alta velocidad hace más fácil trabajar desde casa y durante los desplazamientos. Pero también ayuda a las empresas a reducir sus costes y ser más competitivas, además de hacer posible nuevos servicios online interactivos en ámbitos como la educación y la salud. Europa es la región del mundo que presenta las mayores cifras de implantación de la banda ancha. Y, sin embargo, sólo el 1 % de los europeos tiene en casa conexión por fibra ultrarrápida a Internet, frente al 12 % de los japoneses y al 15 % de los surcoreanos.