La compañía andaluza de construcción e ingeniería Detea, en colaboración con la empresa Adevice, ha desarrollado un novedoso sistema para la regularización de luminarias con funcionalidades avanzadas. Este sistema permite reducir el consumo eléctrico hasta un 60% y la generación de gases de efecto invernadero asociada, gracias a la regulación automática de la intensidad luminosa para ofrecer al usuario un adecuado confort visual en función de sus necesidades y de las condiciones ambientales, admitiendo múltiples configuraciones y opciones paramétricas. Una de las principales ventajas a destacar del sistema es que está especialmente diseñado para el mercado de la rehabilitación energética, lo que permite implementarse de manera fácil sobre luminarias ya existentes, abaratándose los costes y el tiempo de instalación, sin necesidad de realizar obras.
El sistema se basa en una red de sensores y actuadores, y en una plataforma de control que funciona de manera inalámbrica según un estándar de bajo consumo, permitiendo gestionar una red de gran número de dispositivos, posibilitando la instalación en edificios de grandes dimensiones.
Asimismo, este novedoso sistema se puede programar en función de las necesidades o requisitos fijados por el propio usuario, con lo que las luminarias trabajan según unos parámetros de luminosidad establecidos según presencia, horarios y escenarios prediseñados. Así, este diseño es capaz de aportar la luz necesaria y suficiente para el confort visual que marca la norma UNE-EN 12464-1, reduciendo hasta en un 60% el consumo frente a soluciones tradicionales.
Este producto se enmarca dentro del Plan de Innovación que actualmente tiene en marcha Detea, y que contempla como uno de sus objetivos principales, intensificar la investigación en el área de la eficiencia energética en la construcción.
Los edificios tienen hoy día una gran incidencia en el consumo energético nacional, y dentro de los usos específicos, la refrigeración y la iluminación se presentan como los aspectos dominantes dentro sector terciario, surgiendo además una tendencia fuertemente creciente en el doméstico. Este gran consumo tiene una además incidencia prolongada en el tiempo, pues los edificios son un producto de larga durabilidad.
Con fecha de 18 de junio de 2010 se ha publicó en el Diario Oficial de la Unión Europea la Directiva 2010/31/UE, que modifica la directiva de eficiencia energética en edificios de 2002/91/CE. Este cambio responde a la necesidad de instaurar acciones más concretas con el fin de aprovechar el gran potencial de ahorro de energía en los edificios y reducir las grandes diferencias que existen entre estados miembros en este sector.
Para ello, se fomenta la eficiencia energética de los edificios de la UE, teniendo en cuenta las condiciones climáticas exteriores y las particularidades locales, así como las exigencias ambientales interiores y la rentabilidad en términos coste-eficacia.
Los Estados miembros deberán aplicar una metodología de cálculo de la eficiencia energética de los edificios que tendrá en cuenta las características térmicas reales del edificio, las instalaciones que consumen energía, la ventilación natural y mecánica o el diseño del inmueble, entre otros. Cuando se proceda a la sustitución o mejora de dichos elementos, éstos deberán cumplir unos requisitos mínimos de eficiencia energética que serán inspeccionados periódicamente a intervalos no superiores a cinco años.
El objetivo de la UE es asegurar que después del 31 de diciembre de 2018, los inmuebles públicos de nueva construcción sean edificios de consumo de energía casi nulo, una exigencia que se extenderá a la totalidad de las construcciones nuevas a partir del 31 de diciembre de 2020.