Ahora, Jung ofrece una solución a este problema con el lanzamiento de su nuevo sensor de calidad del aire, integrable en el sistema de control de instalaciones KNX. Además de la concentración de CO2, este sensor regula también la humedad y la temperatura del aire en un recinto cerrado. Si se sobrepasan unos determinados valores umbral, el sistema KNX reacciona y abre las ventanas, o activa el sistema de ventilación, para recuperar la óptima calidad del aire.
En su función como controlador de temperatura, este aparato es capaz de medir la temperatura ambiente y compararla con una de consigna y, teniendo en cuenta el sistema de calefacción o refrigeración sobre el que actúa, calcular su salida en función de un algoritmo de control proporcional. De esta manera, se puede mantener la temperatura ambiente en un nivel estable y confortable, con el mínimo consumo energético posible.
El sensor de CO2 dispone de dos entradas auxiliares a las que se pueden conectar pulsadores convencionales que envían comandos a otros componentes del bus KNX con la finalidad de controlar luces, persianas, etc. Además de su funcionalidad técnica, destaca por su cuidado diseño -adaptado a todas las gamas de las series A, LS y CD de Jung- que le permite integrarse perfectamente en cualquier entorno decorativo.
La tecnología KNX es un estándar europeo para la gestión técnica de instalaciones eléctricas de viviendas y edificios, sistema que agrupa a un buen número de los principales fabricantes. Está basado en una tecnología descentralizada, mediante bus de comunicaciones, y funciona mediante comunicación directa entre sensores y actuadores, siendo innecesaria la existencia de cualquier controlador central. El sensor de calidad de aire de KNX pertenece al grupo de los sensores en el sistema.