Los edificios públicos representan un amplio sector sin explotar desde el punto de vista energético, apenas suelen someterse a procesos de renovación y tardan una media de 25 años en adoptar las nuevas tecnologías. Por ello, se han convertido recientemente en el punto de mira de las autoridades europeas para conseguir el mayor ahorro energético posible.
Y más aun desde que la Unión Europa estableciera los objetivos “20-20-20”, recogidos en la Directiva 2010/31/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, para reducir un 20% los gases de efecto invernadero a niveles por debajo de 1990, otro 20% en la energía primaria y consumir un 20% de energía procedente de recursos renovables.
Así tenemos el caso de la Comisión Europea que lleva a cabo la cofinanciación del proyecto SmartSpaces bajo el lema “Ahorrar Energía en los Edificios Públicos usando las TIC” que, ya de por sí, explica el objetivo del mismo: incrementar el ahorro energético mediante el control de los edificios y la comunicación del nivel de consumo a todos sus usuarios a través de las nuevas tecnologías.
Esta iniciativa, que comenzó en enero de 2012 y tendrá una duración de tres años, se enmarca dentro de la política de apoyo a la competitividad e innovación (CIP, según sus siglas en inglés) y las tecnologías de la comunicación e información (ICT) de la comisión. Sin embargo, es coordinada por la consultora alemana Empírica, al igual que los proyectos Beca y eSESH, similares a SmartSpaces.
Con un presupuesto de casi 7 millones de euros, SmartSpaces engloba más de 550 edificios distribuidos en once “espacios piloto” de distintas ciudades europeas: Birmingham, Leicester y Bristol (Reino Unido), Moulins (Francia), Hagen (Alemania), Milán (Italia), Murcia y Lleida (España), Venlo (Holanda), Estambul (Turquía) y Belgrado (Serbia).
Gracias a ella, un equipo de casi 20.000 profesionales gestiona y optimiza el control del sistema energético de estos “SmartSpaces” para reducir el consumo y el coste de la energía. También, conciencian a los empleados del edificio y a los visitantes (que suman más de seis millones anuales) sobre la importancia de reducir el consumo tanto en su lugar de trabajo como en sus hogares, transmitiéndolo por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, TIC.
Medidores automáticos inteligentes
Inmuebles como oficinas, diferentes departamentos de la administración, museos, universidades, colegios, guarderías, centros deportivos y de eventos son algunos de los edificios que cubrirá este proyecto, donde se llevará a cabo la explotación del potencial de las nuevas tecnologías, concretamente, el de los medidores inteligentes que controlan el consumo energético.
Estos medidores automáticos e inteligentes aportan los datos del consumo energético obtenidos cada media hora en los más de 500 edificios pertenecientes al proyecto para que puedan ser aprovechados el máximo posible. Los hay de distintos tipos: desde los que miden la electricidad y el gas hasta los que se centran en las energías renovables. Todos ellos crean un sistema inteligente que permite hacer un uso más eficiente de los datos, enviándolos a la central en un formato simple y comprensivo.
Para conseguir la óptima recolección y transmisión de los datos, los SmartSpaces trabajarán con un rango de partners europeos proveedores del software apropiado para este caso, llevando a un siguiente nivel a las TIC, ya que, gracias a ellas, será posible utilizar los datos obtenidos del consumo energético.
Los requisitos que deben cumplir los edificios de los SmartSpaces han sido fijados por los componentes del Servicio de Soporte y Decisión Energético (EDSS, según sus siglas en inglés) y del Servicio de Gestión Energética (EMS). Dichos requisitos deben atender las necesidades especiales de personas con discapacidad, los requerimientos específicos de los trabajadores y visitantes así como las obligaciones legales centradas en la identificación de elementos para futuras soluciones en el marco regulatorio y legal.
Por otro lado, los Servicios de Concienciación y Soporte para las Decisiones Energéticas se centrarán decidir en función de la información obtenida del consumo energético y del comportamiento de los usuarios, del análisis, visualización y sistema de alertas basado en los datos diarios de los medidores. Además, las instalaciones micro campo y control zonal permiten la gestión de, al menos, los sistemas de calefacción e iluminación provistos primariamente en cada edificio.
Volviendo al EMS (Servicio de Gestión Energética), comprendido en el sistema de las TIC, éste permite el control, cambio y ajuste directo de un amplio rango de dispositivos y sistemas de consumo energético. Así se encuentran los sistemas de climatización (HVAC), iluminación, dispositivos individuales para el control térmico y ventilación en cuanto a ventanas, rejillas de ventilación o persianas y un gran número de elementos de electricidad de consumo como escaleras, ascensores, servidores, ordenadores y otras infraestructuras de las TIC.
Este servicio incluye el control automático de la energía renovable generada localmente, procedente de la solar y la eólica, así como las facilidades para evitar picos de carga en la red eléctrica y adaptarse a las tarifas del día.