El proyecto Smart Home Energy (SHE) o Energía en el Ámbito Doméstico ofrece una solución integral que permite al usuario interactuar con dispositivos electrónicos para poder controlarlos y gestionarlos y conseguir así reducir la factura energética, lo que implica un mayor ahorro económico así como la disminución del impacto ambiental.
Para plasmar las ideas de SHE, los socios de este proyecto (empresas tecnológicas y centros de investigación como Infobótica, Instituto Andaluz de Tecnología o IAT, Ingenia, Cotesa, Tecopysa, Ingho y Satec) han puesto en marcha un living-lab o laboratorio en las instalaciones del IAT, situadas en Lucena (Córdoba), que consiste en la recreación de un hogar inteligente formado por un salón y una oficina, pues son estancias en las que se pueden introducir electrodomésticos y aparatos típicos de todas las viviendas.
Por ejemplo, en el salón destacan una SmartTV, un sistema de iluminación y dos robots: Roomba, para la limpieza, y Karotz, conforma de conejo, para el reconocimiento de voz, boletín meteorológico, radio, reproducción de MP3 o lector de emails. En el caso de la oficina, se pueden encontrar una impresora portátil, pequeños electrodomésticos como cafetera, tostadora, exprimidor o microondas.
El objetivo de esta simulación de vivienda-oficina es demostrar a los visitantes, habituales usuarios de los productos de electrónica, que cuando se enciende un aparato, el consumo del hogar aumenta. De esta manera, se ayuda al usuario doméstico a reducir progresivamente su consumo energético, fomentando además un uso adecuado y racional de los recursos energéticos disponibles.
El living-lab de este proyecto, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y por el Ministerio de Economía y Competitividad dentro de la convocatoria INNPACTO 2011, consta también de medidores inteligentes y sensores que recolectan datos del consumo energético de los aparatos y los envían a un software para su procesamiento y análisis, permitiendo aprender automáticamente del comportamiento de los usuarios del hogar y oficina digitales.
Además, los usuario pueden interactuar con los dispositivos electrónicos (controlarlos, gestionarlos, etc.) a partir de las recomendaciones colaborativas, predicciones y de las herramientas de análisis que proporciona la plataforma o software.
Intercambio y envío de información
Los electrodomésticos inteligentes y robots instalados en este living-lab o prototipo de hogar inteligente, que ha estado abierto hasta el pasado 17 de enero y, previa cita, hasta finales de febrero, permiten intercambiar la información del consumo, tanto con el usuario, como con el resto de dispositivos de la vivienda. Tienen como base comunicación el protocolo estándar DHCompliant2.0 (DHC2), una tecnología que conecta dispositivos domóticos, robots de servicios y electrodomésticos inteligentes.
El acceso a toda la información que emiten los electrodomésticos, así como a la gestión de los mismos, se puede realizar desde cualquier dispositivo con conexión a Internet y navegador web, es decir, ordenador, tableta o Smartphone. A ellos, pueden llegar alertas para avisar al usuario si, por ejemplo, se ha dejado las luces encendidas y, desde el mismo dispositivo, poder apagarlas. Ocurre lo mismo con los aparatos: si alguno se queda encendido, el software recibe el aviso y procede a apagarlos.
Los dispositivos Smart Meter, o medidores inteligentes, situados en esta especie de vivienda y conectados a la electricidad y a las lámparas, informarán del consumo energético en tiempo real. Los adaptadores DHC2 harán llegar esta información a la Nube y, a través de un sistema, la información se ofrecerá en forma de recomendaciones al usuario para permitirle mejorar la eficiencia energética y optimizar su consumo final.
Estos Smart Meters han sido suministrados por empresas como Plugwise-Lem System, Open Domo y Current Cost. Por otro lado, una serie de sensores activan la iluminación cuando detectan la presencia de personas y la desactivan cuando la sala se queda vacía.