Bosch ha fabricado ya más de 4.000 millones de sensores micro-mecánicos MEMS, indispensables en los vehículos, smartphones y hogares inteligentes. Estos diminutos sensores, cada vez más inteligentes, compactos y eficientes, permiten conectar cada vez más objetos en red. De hecho, con IoT, todos los dispositivos se pueden conectar entre sí, incluyendo objetos que no tienen ningún componente electrónico como puertas o ventanas, lo que traduce en un mayor confort, seguridad y eficiencia energética.
Bosch ofrece sensores para diferentes aplicaciones en los campos de la electrónica de automoción y de consumo. Así, por ejemplo, los sensores MEMS miden la presión, la aceleración, los movimientos de rotación, de flujo de masa o el campo magnético terrestre, por lo que se han convertido en órganos sensoriales de los automóviles y de los smartphones.
Los sensores MEMS pueden medir cada vez más magnitudes: a principios de 2014, Bosch Sensortec dio a conocer al mercado en el campo de la tecnología de sensores: la unidad de sensor integrado BME280, que combina las funciones de un sensor de presión del aire, de humedad y de temperatura en una sola carcasa. El nuevo sensor, que ha sido diseñado para aplicaciones en el campo de la vigilancia medioambiental, la navegación ‘indoor’, las Smart homes, las estaciones meteorológicas personalizadas y en los deportes y el fitness, es capaz de determinar el grado de humedad en tan sólo un segundo.
Además, Bosch está haciendo que los sensores sean también cada vez más inteligentes. Actualmente, está a punto de entrar en fase de producción un sensor capaz de medir no sólo la aceleración, la velocidad de giro y el campo magnético, sino que también incorpora un microprocesador para la evaluación de la señal.
Con todo ello, los diminutos MEMS se están convirtiendo en la tecnología clave para la interconexión de las cosas a través de Internet. Para ello, los MEMS deben estar equipados con un chip de radio, una batería y un software inteligente ya que sólo los datos relevantes deberán ser transmitidos por Internet.
En 2013, Bosch lanzó un sensor de puerta que informa al propietario de la casa, en su propio smartphone, sobre movimientos sospechosos alrededor de la vivienda. En el futuro, las ventanas serán capaces de controlar la calefacción o el sistema de alarma a través de sensores no intrusivos, y habrá pulseras con sensores capaces de pedir ayuda automáticamente si su portador sufre una caída.
Con el fin de aprovechar sus oportunidades de negocio en esta área, Bosch creó, a finales de 2013, la sociedad Bosch Connected Devices and Solutions GmbH que ofrece productos electrónicos compactos y know-how en software para hacer que los dispositivos inteligentes y los objetos de muy diferentes campos de aplicación se puedan interconectar en la web.