En la zona más septentrional de la Costa Brava y en la parte oriental del Cabo de Creus, se erige una de las localidades más emblemáticas de la provincia de Girona: Cadaqués. Este pueblo pesquero ha sido residencia veraniega de artistas del siglo XX (Salvador Dalí, Pablo Picasso, Federico García Lorca, etc.) como fuente de inspiración, de ahí su ambiente bohemio y cultural.
Entre su maraña de casas blancas en lo alto de una colina delimitadas por calles estrechas y serpenteantes, se encuentra un pequeño hotel de cuatro estrellas, Calma Blanca, caracterizado por contar con siete habitaciones de lujo con vistas al Mar Mediterráneo que invita a la calma y la tranquilidad. Las habitaciones han sido decoradas de forma distinta y están orientadas a los diferentes objetivos que tengan los huéspedes durante su estancia: relajación, bienestar, evasión, etc.
Dado que la intención de los propietarios es proporcionar un servicio personalizado con el máximo confort para sus clientes y tener un control constante de todos los detalles del hotel, decidieron instalar un sistema domótico para ofrecer el servicio deseado. Las siete habitaciones y las zonas comunes que componen este hotel mediterráneo de 550 metros cuadrados han sido equipadas con el sistema domótico de Loxone que, debido a su programación flexible y potente hardware, se adapta a las distintas necesidades de edificios y de los clientes.
Este sistema integra un total de ocho Miniservers (núcleo de la Smart Home para la monitorización de todas las funcionalidades) distribuidos por el edificio, encargados de controlar la climatización, los accesos, la iluminación y el sombreado; ocho extensiones 1-wire, 16 lectores iButton, 10 sensores de temperatura 1-wire y sensores de ambiente para el control de temperatura, humedad y CO2. Este despliegue de hardware también permite el envío de avisos por e-mail, control del hilo musical y regulación de luces LED.
Control de accesos
Uno de las funcionalidades domóticas más relevantes es el control de accesos mediante iButtons de cada habitación, de las zonas comunes y del exterior a la entrada principal del hotel. Cada habitación tiene un lector de llave electrónico dentro y fuera de la estancia, de manera que permite entrar en la habitación y activar los circuitos que sean necesarios para cada servicio.
Para identificar a los clientes, se han creado usuarios diferentes que pueden activar la escena de bienvenida. Y el que accede a la habitación es el servicio de limpieza, sólo se activará la iluminación, ya que no será necesario el clima. Con este control de accesos se asegura, de este modo, maximizar el ahorro energético y el confort de los clientes. Cabe destacar un detalle original de este proyecto que es la utilización de iButtons personalizados en forma de estrellas de mar y pequeñas caracolas para adaptarse a la estética del hotel.
Climatización
En cuanto a la calefacción y refrigeración, cada habitación se regula por separado, por lo que si la habitación no está ocupada, el sistema de climatización no se activa y, dependiendo de la consigna requerida, el edificio regula por sí solo los mecanismos, subiendo o bajando las persianas. La habitación no está nunca sobrecaldeada o demasiado refrigerada, se asegura tener la temperatura óptimamente ideal y un consumo de energía eficiente, con el consiguiente ahorro en la factura energética.
Los propietarios disponen de una interfaz que pueden visualizar desde PC (con Internet), Tablets y Smartphones donde pueden comprobar el estado de todas las dependencias, recibir notificaciones, visualizar las cámaras de vigilancia, consultar los niveles de humedad y modificarlo si así lo desean.
Otras de las prestaciones de este sistema son las funcionalidades centralizadas y la simulación de presencia. Pulsando un botón o seleccionando la opción ‘todo off’ en la interfaz, se apagan todas las luces así como el sistema de climatización, se bajan las persianas y se activa la alarma. Además, para aumentar la seguridad se ha programado la simulación de presencia, para reproducir en el horario que se desee, los movimientos habituales en luces y ventanas, de forma que parezca que el edificio sigue ocupado.