Sensores MEMS de Bosch para múltiples aplicaciones IoT

Bosch es uno de los principales fabricantes de los sensores MEMS (Sistemas Micro ElectroMecánicos), un elemento esencial del mundo conectado. En tan solo unos escasos milímetros de tamaño, albergan estructuras microscópicas de silicio. Los sensores utilizan estas estructuras para medir la aceleración, la presión del aire, el campo geomagnético, el sonido, la velocidad de giro, la temperatura, la humedad y la calidad del aire. Objetos de uso corriente carentes de electrónica, tales como puertas o ventanas, se pueden equipar con un pequeño interfaz de radio de alta eficiencia energética y una pequeña batería para que puedan registrar su entorno y convertirse así en parte del Internet de las Cosas.

Los sensores MEMS son los ojos y oídos de muchos dispositivos móviles. Ayudan a los Smartphones y Tablets a reconocer su ubicación en el espacio; lo que significa que son capaces de rotar automáticamente la orientación de la pantalla según la forma en que el usuario la sostenga en sus manos. Diminutos micrófonos MEMS graban el sonido. Los sensores también encuentran su campo de aplicación en los ordenadores portátiles, relojes inteligentes, consolas de videojuegos y relojes deportivos.

Incluso, las máquinas pueden ser equipadas también con sensores capaces de registrar información sobre su estado de funcionamiento y que puedan identificar los cambios y desviaciones que podrían indicar la existencia de algún problema. Esta información puede ser enviada a cualquier parte del mundo a través de internet. Los sensores, baterías y transmisores se pueden combinar ahora en unidades individuales que son tan pequeñas, de tan bajo consumo y reducido coste, que pueden ser puestos a trabajar por miles de millones. Al mismo tiempo, las redes de datos son accesibles desde casi cualquier parte.

En el CES 2015 de Las Vegas, Bosch presentó el primer sensor MEMS del mundo que mide la presión del aire, la humedad, la temperatura ambiente, y la calidad del aire. Todas sus funciones están contenidas en una única carcasa que mide apenas 3×3 mm. Esto abre las puertas a un gran número de nuevas funciones para dispositivos móviles u otros objetos; como, por ejemplo, la medición de la calidad del aire en una habitación, o disponer de una estación meteorológica personalizada en el smartphone que ajusta automáticamente la calefacción o el aire acondicionado en su casa.

Para la navegación interna, dentro de un edificio, tales sensores pueden enviar información a la planta donde se encuentra el dispositivo. Así, por ejemplo, pueden ayudar a los usuarios a encontrar con mayor rapidez una tienda en particular dentro de un gran centro comercial. Los sensores también se utilizan en aplicaciones de salud o fitness, una forma cada vez más popular de medir la cantidad de pasos que da el usuario o contar cuantos peldaños de escaleras se suben cada día.

Los sensores también pueden ayudar a optimizar los procesos de negocio, como la logística. Pueden determinar cuántas piezas de repuesto quedan en el almacén e informar a través de internet a un servidor. Esto hace que sea posible activar y ordenar el proceso de reabastecimiento automáticamente. Mientras tanto, los sensores de aceleración fijados a la maquinaria delicada ayudan a asegurar que los dispositivos no han sido sometidos a vibraciones durante el transporte. Además, si una caja provista con un sensor de este tipo se cae accidentalmente al suelo durante el transporte, el sensor puede enviar una alerta por e-mail para que pueda ser examinada y evaluar sus posibles daños.

 
 
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