El Hospital de Manises y sus centros de salud y especialidades asociados han logrado una reducción del 50% en sus emisiones de CO2 desde 2013. La idea inicial era la reducción de un 20% de la huella de carbono en 2015 mediante el ahorro energético de los consumos de gas y electricidad, la compra verde de fuentes de energía renovable del 100% de la electricidad consumida en el área, la reducción de viajes de empresa y adquirir vehículos híbridos eléctricos para la atención domiciliaria, entre otras medidas.
El centro ha obtenido este buen resultado gracias a la puesta en marcha de un ambicioso plan de gestión sostenible que ha llevado a cabo, entre otras acciones, la sustitución del sistema de iluminación del hospital y centros de primaria por tecnología led, con consumos inferiores a la convencional. También se ha sacado un alto rendimiento a la planta solar térmica y a las placas fotovoltaicas. Y ha sustituido los sistemas de climatización en los centros de atención primaria con equipos más eficientes con gases refrigerantes que son respetuosos con la capa de ozono.
Además, ha instalado un sistema de monitorización en tiempo real de los principales consumos eléctricos de los 22 centros de trabajo distribuidos en las 14 poblaciones a las que da servicio el departamento de salud. El seguimiento nos proporciona información de cómo y cuánto se consume para poder optimizar horarios y consignas de funcionamiento. Así, además de la reducción de la huella de carbono, se ha logrado bajar un 16% el consumo energético global de toda el área.
En total, la inversión para esta mejora ha superado los 700.000 euros, entre sustitución de equipos e implementación de mejoras.
Además de todas las acciones puestas en marcha por el centro, cabe destacar que el propio edificio del Hospital de Manises ya se diseñó como una construcción sostenible ambientalmente gracias a su orientación, los materiales empleados, el tratamiento de la luz natural, los sensores de presencia, temporizadores, el sistema de control de iluminación y el sistema de gestión centralizada, que permite un mayor control y optimización de la instalación.
Por último, está dotado de sistemas para evitar la contaminación cruzada y recuperar energía, así como de sensores para el bombeo de agua de refrigeración y calefacción. Los sistemas de distribución de aire por caudal variable, las calderas de alto rendimiento y los grupos enfriadores de alta eficiencia contribuyen también al ahorro energético.