Análisis del grado de preparación de los Países Europeos para los Edificios Inteligentes

Portada del informe Análisis de la preparación de los países europeos para los edificios inteligentes

El Instituto Europeo de Rendimiento de Edificios (BPIE, de sus siglas en inglés) ha publicado un análisis sobre el grado de preparación de la Unión Europea para la transición hacia los Edificios Inteligentes titulado Is Europe Ready for the Smart Buildings Revolution?, el cual concluye que los Estados Miembros aún no están completamente preparados para aprovecharse de los beneficios que implican estas tecnologías de los Smart Building.

Los países de la Unión Europea aún no están completamente preparados para disfrutar de los beneficios que ofrecen las tecnologías de los Edificios Inteligentes.

BPIE evalúa los cinco pilares esenciales de la construcción inteligente que son: la eficiencia de los edificios, la operabilidad dinámica, la adaptabilidad a los sistemas energéticos, el uso de energías renovables así como los sistemas de control dinámicos y de autoaprendizaje que determinen el nivel de preparación de Europa para una creciente proporción de edificios inteligentes.

Y es que, la construcción inteligente necesita sistemas de control dinámicos correctos y sistemas de control de autoaprendizaje para optimizar los variadas interacciones y sus de la energía. Esta función permite a los edificios convertirse en inteligentes reales y asegura sinergias entre diferentes operaciones dentro del edificio y del sistema energético.

El informe se centra en cinco pilares de la construcción inteligente.

Los edificios son inteligentes cuando optimizan la interacción entre ajustes individualizados del consumidor y flujos de energía física, por ejemplo, en sistemas de calefacción, aire acondicionado y ventilación. Por ejemplo, el equilibrio hidráulico automático de la distribución fluida en sistemas de calefacción y refrigeración basados en agua caliente o termostatos de autoaprendizaje pueden asegurar la climatización interior prevista con una eficiencia energética óptima y un coste de operación mínimo.

Características esenciales de los Edificios Inteligentes

En la esquematización del nivel de preparación de inteligencia de la construcción en los 28 Estados Miembros, se han definido 12 características esenciales. Estas características son interdependientes y no solamente relevantes para la categoría a las que fueron asignadas. Por ejemplo, la respuesta de la demanda no puede ser completamente utilizada a no ser que los contadores inteligentes estén disponibles y el almacenamiento energético y las placas fotovoltaicas permitan la carga de vehículos eléctricos con energías renovables.

La construcción inteligente necesita sistemas de control dinámicos correctos y sistemas de control de autoaprendizaje.

Para que los edificios sean considerados como inteligentes, se debería incluir una alta calificación de la mayoría de estas características esenciales, que son: rendimiento del edificio (de la envolvente y del consumo energético final), capacidad de mantener adecuadamente calor/frío, ambientes saludables de vida y trabajo, despliegue de contadores inteligentes, conectividad, mercado dinámico (precios dinámicos y mercado flexible), respuesta de demanda, almacenamiento energético del edificio, vehículos eléctricos, consumo de energías renovables, energía solar fotovoltaica, capacidad de calefacción eficiente (bombas de calor y district heating).

Países que lideran la transición hacia los Edificios Inteligentes

El stock de edificios europeos se encuentra en una fase de transición, llegando a ser un actor activo en el sistema energético, controlando, produciendo y almacenando el consumo energético. La explosión de las tecnologías inteligentes (como Internet de las Cosas) permite un uso más eficiente de la energía en edificios que rediseñará el ambiente edificatorio y los flujos de energía vinculada.

Suecia, Finlandia, Dinamarca y Países Bajos lideran la transición hacia los edificios inteligentes.

Si bien, ningún país europeo está completamente preparado para la revolución inteligente de los edificios (y los beneficios que implica como uso energético más verde, sano y flexible), existen cuatro países, Suecia, Finlandia, Dinamarca y Países Bajos, que lideran esta transición hacia los edificios inteligentes debido a sus políticas progresivas como el despliegue de contadores inteligentes o la inversión en energías renovables. Además, estos países, tienen una larga historia de regulación efectiva para edificios.

Pero no se quedan ahí. Existen posibilidades de mejora debido más bien a mercados cerrados para la respuesta de demanda y sin penetración en el mercado de la capacidad de almacenamiento de energía del edificio. Los países que han obtenido baja puntuación se debe en parte a un marco de regulación más rígido, a la falta de inversiones y a la reciente penetración en el mercado de varios indicadores como almacenamiento energético en edificios, vehículos eléctricos y respuesta de demanda.

De hechos, el almacenamiento energético y los vehículos eléctricos son los indicadores en los que suspenden la mayoría de los países. En cuanto a la conectividad, destacan Dinamarca, Países Bajos, Reino Unido y Luxemburgo.  Y en el despliegue de contadores inteligentes, encabezan el ranking Suecia, Finlandia e Italia, que han completado dicho despliegue con casi todos los consumidores equipados con estos dispositivos. Les siguen Dinamarca, Estonia, España y Malta, con su despliegue parcialmente realizado.

Indicador inteligente para edificios

Este informe también presenta una serie de políticas progresivas y proyectos innovadores que prueban la viabilidad económica de los edificios inteligentes en países como Alemania, Suecia, Finlandia, Italia, Reino Unido, Francia, Dinamarca, Países Bajos o Finlandia. También reúne una serie de casos de éxito que demuestran viarias o todas las características de un edificio inteligente embebidas en un ambiente local o más amplio. Por ejemplo, el edificio The Edge en Amsterdam, el Supermercado Superbrugsen en Dinamarca, el hotel Crown Plaza de Copenague o la fachadas inteligentes en Mérida.

El informe de BPIE incluye proyectos innovadores que prueban la viabilidad económica de los edificios inteligentes.

Los edificios son una parte integral y elemental del sistema energético de Europa y juegan un papel esencial en la transición a una economía inteligente descarbonizada. Sin embargo, este informe concluye que todos los países deben tomar medidas para facilitar eficientemente esta transformación.

Para ello, la Comisión Europa ha propuesto un indicador de inteligencia para que se desarrolle en los próximos años que clasifique la preparación tecnológica de un edificio que interactúa con sus ocupantes y la red y gestionar el rendimiento eficientemente. De acuerdo con la Comisión, el indicador debería cubrir: características que potencian la habilidad de los ocupantes del edificio y del edificio en sí mismo para reaccionar al confort de los requisitos operacionales, participar en la respuesta de demanda y contribuir a la operación regular y segura de varios sistemas energéticos e infraestructuras de distrito a las cuales el edificio está conectado.

El indicador de inteligencia no solo debe evaluar la situación actual, sino también mejorar para dirigir a Europa hacia un stock de edificios inteligente y descarbonizado para 2050. Y, a pesar de varios buenos ejemplos y medidas legislativas nacionales progresivas allanando el camino para un stock de edificios más inteligentes, la legislación europea actual carece de ejes suficientemente ambiciosos para impulsar el desarrollo de los edificios inteligentes.

Legislación europea

Sin embargo, una revisión de la legislación europea en materia de rendimiento energético, eficiencia energética, mercado eléctrico y energías renovables sería una buena oportunidad para tomar pasos significativos y reconocer el rol de los edificios en el sistema energético.

La legislación podría desempeñar un papel más efectivo para alentar el despliegue de la infraestructura inteligente posibilitando al mercado eléctrico con precios flexibles, fortaleciendo a los consumidores y aumentando la producción de las energías renovables, el autoconsumo y el almacenamiento. El desarrollo tecnológico permitirá a los edificios jugar un papel proactivo en el sistema energético, proporcionando también beneficios para los ocupantes. Pero lo primero y más importante, los edificios tienen que ser energéticamente eficientes como prerrequisito para el stock de edificios inteligentes.

La revolución de los edificios no es solo actualizar el stock de edificios, mitigar las emisiones o los flujos equilibrados de energía, también implica proporcionar beneficios directos para los ciudadanos europeos en términos de bajas facturas energéticas, hogares más cálidos y también, mayores beneficios para Europa en su conjunto con la creación de puestos de trabajo y el crecimiento económico.

 
 
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