El Instituto Europeo de Rendimiento de Edificios (BPIE, de sus siglas en inglés) ha puesto los toques finales a su amplio trabajo sobre edificios inteligentes, proporcionando una definición de trabajo de ‘smart building’ y haciendo recomendaciones de políticas detalladas para potenciar su crecimiento. Las negociaciones actuales en los paquetes de Energía Limpia para todos los Europeos son una oportunidad final para dar forma al stock de edificios europeos de 2030. Esta última intervención llega en un momento crucial para apoyar a los que presionan por políticas más ambicionas y un parque real de edificios europeos inteligentes para 2030.
Tanto los mercados como los marcos legislativos necesitan permitir que los edificios se conecten e interactúen con sistemas energéticos. Pero este no es siempre el caso en toda Europa. De hecho, el marco legislativo es una de las barreras más grandes para extender la penetración de los edificios inteligentes. Las discusiones actuales de políticas carecen de ambición para potenciar que los edificios jueguen un papel como micro centros de energía.
Este papel de la política recomienda cómo las Directivas de Rendimiento Energético de Edificios, la de Eficiencia Energética, la de Energías Renovables y la de Electricidad deberían fortalecerse para asegurar que los edificios acepten un papel de liderazgo en la transmisión enerética, al mismo tiempo que se asegura un alto rendimiento del edificios, operabilidad dinámica entre componentes de un edificio y sus ocupantes y capacidad de respuesta de edificios para interactuar con el sistema energético alrededor de ellos.