Desde hace cuatro meses una red de pequeños sensores y dispositivos vigilan 20 zonas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF). Forman parte del proyecto MHS-EnerCon², orientado a incentivar el desarrollo tecnológico, la eficiencia energética y la conservación preventiva de edificios históricos. La iniciativa está desarrollada por la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico y Telnet, y se está implantando en tres edificios piloto: la Academia, el Palacio de la Diputación Provincial de Palencia y la catedral palentina.
La Sala Guitarte de la RABASF acogía el pasado lunes 23 de octubre una sesión de presentación de los avances del proyecto, que ha contado con la participación, entre otros, del director de la Academia, Fernando de Terán Troyano; la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén; el director de la Fundación Santa María la Real, Juan Carlos Prieto, y el fundador de Telnet, Manuel Villarig.
Desde Telnet y la Fundación Santa María la Real se ha explicado que “el proyecto se ha adaptado a las necesidades de cada uno de los inmuebles seleccionados, atendiendo a su variedad de usos y tipologías, para que sea lo más efectivo posible”. En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en el Palacio Provincial de Palencia, uno de los retos es facilitar el control de los almacenes de obras de arte o el uso de los espacios públicos; mientras que, en la catedral de Palencia, se centra más en aspectos como el control de la iluminación exterior o el consumo energético.
Primeros resultados
Así, por ejemplo, desde mediados de julio, 58 sensores y dispositivos, colocados en 20 áreas distintas del edificio madrileño, ofrecen datos sobre las condiciones de temperatura y humedad, luminosidad, consumo energético, concentración de C02 o el número de visitantes.
El sistema transforma esos datos en conocimiento útil para los gestores, dado que les permite disponer de información objetiva que puede contribuir a mejorar la gestión y la eficiencia de los edificios, sin perder de vista la comodidad del usuario.
Los primeros datos recogidos en la Real Academia indican que “la gestión del edificio y la conservación de las obras de arte es correcta, pero se pueden optimizar gracias al uso de las nuevas tecnologías”. Un leve ajuste de la potencia energética contratada a las necesidades reales del inmueble, permitirá un ahorro de 6.000 euros al año, que podrán destinarse a otros fines. El proyecto posibilitará, igualmente, minimizar el impacto de las visitas o eventos que organiza la Academia en la conservación de las obras, manteniendo un consumo eficiente.