El estadio de fútbol R.W.D. Molenbeek ha aprovechado la biometría facial para implementarla en sus instalaciones y ofrecer un mayor control en los accesos del estadio. Esta solución facilitará el acceso de los aficionados aunque estos no tengan la entrada.
El estadio belga ha optado por la tecnología de reconocimiento facial de Panasonic y el encargado de su instalación ha sido por Zetes. Todavía el proyecto se encuentra en fase de pruebas pero los aficionados ya pueden ir gestionado la incorporación de su foto en el perfil de socio cuando soliciten los abonos de temporada online.
La imagen ofrecida por los usuarios se convertirá en la base de datos a la que accederá el sistema, a través de dos cámaras de video instaladas en la entrada para socios. Estas cámaras grabaran en tiempo real e identificarán a todas las personas que pasen por esta entrada. Para principios de 2019, R.W.D. Molenbeek planeá instalar una puerta automática para agilizar el acceso junto al sistema de reconocimiento facial.
Sin entrada
Los aficionados que hayan proporcionado su fotografía podrán acceder a la grada aunque no tengan la entrada física, ya que el sistema los reconocerá como usuario abonado. Para el resto de usuarios que no hayan incorporado la foto en su perfil digital o que no figuren como titulares de la entrada, deberán acceder por las puertas convencionales y seguir el proceso clásico de identificación.
“El sistema de detección, con su funcionalidad de procesamiento de datos rápida y fiable, nos permite instalar una solución para acelerar los controles de entrada al estadio”, explica Thierry Dailly, presidente del R.W.D. Molenbeek.
Protección de datos
Para garantizar la identidad y los datos personales de los abonados, todas las fotografías se escanean y se almacenan en un servidor privado de R.W.D. Molenbeek, el cual no dispone de conexión a Internet ni a otro tipo de sistema. Solo el personal del club debidamente autorizado tendrá acceso a los datos para gestionar y controlar la información. Por otro lado, las grabaciones de las cámaras para el reconocimiento facial no quedan grabadas garantizando así la confidencialidad de los aficionados que acceden al estadio.