Las fugas de agua provocan grandes inconvenientes en los edificios, no solo ya por el deterioro material, sino porque puede dañar tanto la instalación eléctrica como los dispositivos que se encuentren cerca de la fuga. D-Link ha presentado en el CES de Las Vegas su nuevo sensor de agua Wi-Fi (DCH-S161).
Este sensor se alimenta con baterías por lo que no requiere tener un enchufe cerca y, por lo tanto, le proporciona más flexibilidad a la hora de instalarlo. El dispositivo lleva conectado una sonda, a través de un cable de 1,8 metros de longitud, que es el encargado de detectar la presencia del agua.
Cuando la sonda identifica el agua envía una notificación al usuario con la conexión Wi-Fi. Al mismo tiempo, el sensor de agua integra una sirena de 90 dB para avisar a las personas del inmueble que hay una fuga de agua.
Control remoto
D-Link ha creado un dispositivo compatible con el asistente de voz Google Assistant para mejorar la experiencia y las funcionalidades del sensor. Asimismo, es capaz de trabajar con IFTTT y para actualizar el firmware no requiere de un ordenador, sino que realiza la actualización del firmware por el aire.
Por su parte, el usuario podrá gestionar, controlar y estar al tanto de todos los avisos que envíe el sensor de agua desde la aplicación mydlink, desde donde se puede gestionar otros dispositivos inteligentes de la compañía.
El sensor estará muy pronto a la venta, D-Link ha anunciado que será a principios de 2019.