La Inteligencia Artificial sigue abriéndose paso en diferentes ámbitos, como es el caso del proyecto de investigación que han comenzado el grupo de empresas Sando y la consultora Grant Thornton, cofinanciado por Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), para desarrollar un sistema inteligente para la aplicación automática de la metodología BIM en construcción. Bajo el nombre de Rebecca, este proyecto se encuentra en la primera fase que se centra en el diseño de un sistema de reglas y algoritmos de Inteligencia Artificial, trabajando con la base de datos BIM. El objetivo es mejorar el control y la monitorización de los proyectos de construcción.
En la segunda fase, se busca que los procesos se modelen para que el propio sistema sea capaz de extraer la información de una manera automática. Esto es posible gracias a que Rebecca aplica, a los datos ya parametrizados por BIM, métodos informáticos avanzados de aprendizaje profundo, con los que se consiguen patrones de conocimiento.
Resultados de la aplicación de la IA con BIM
El proyecto Rebecca pretende ser un sistema experto que pueda aprender constantemente y, a través de sugerencias, pueda ayudar el responsable de cada obra para tomar las mejores decisiones dando como resultado una serie de proyectos mejores construidos, en unos plazos más concretos y reduciendo los costes a un margen más ajustado.
El responsable del sector Edificación y Obra Civil de CTA, Carlos García, afirma que «Rebecca es un ambicioso proyecto de transformación digital que supondrá un antes y un después para Sando. La aplicación de la tecnología BIM hará más eficientes, precisos y acertados los procesos en construcción».
Con el proyecto Rebecca, Grant Thornton realizará una de las primeras aplicaciones mundiales de la inteligencia artificial a un contexto real de obra, lo que servirá para fortalecer el entorno tecnológico de sus servicios de BIM y Project Management.
Junto a Sando y Grant Thornton el proyecto Rebeca cuenta con la colaboración del grupo de investigación de Neurotecnología de la Universidad de Málaga y la financiación de la Corporación Tecnológica de Andalucía.