La monitorización a través de sensores puede ayudar a mejorar el estado de los edificios y frenar determinados problemas relacionados con la climatología o fallos estructurales, entre otras consecuencias. Es el caso de la ermita francesa de Egletons, un edificio de origen medieval, en el que se ha procedido a monitorizar diversos aspectos para su conservación con la ayuda de la Fundación Santa María la Real.
A través del proyecto europeo HeritageCare, se ha llevado a cabo la instalación de varios sensores que controlan tanto la estructura de madera, para evitar la presencia de xilófagos, como los muros, para conocer su estado de inclinación.
Los sensores miden parámetros como la temperatura, la humedad, la luminosidad o los niveles de CO2, elementos que pueden influir negativamente en la estructura del edificio. Con este sistema, los propietarios y la Fundación quieren mejorar la conservación de las edificaciones históricas con ayuda de la conservación preventiva para anticiparse a los posibles problemas que acarrean este tipo de edificios.
Otros proyectos de la Fundación
La Fundación Santa María la Real ha llevado a cabo otros tres proyectos: dos en España y uno en Portugal. Uno de ellos fue la iglesia de Becerril del Carpio, en Palencia, donde se realizó una premonitorización del inmueble. Los datos obtenidos se combinaron con un mapa tridimensional del edificio que permite a los propietarios y gestores del templo entender mejor las condiciones en las que se encuentra.
En el caso de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca la actuación fue más amplia y permitió monitorizar la sala de manuscritos e incunables, así como la antigua librería para volcar la información sobre un mapa tridimensional del edificio. Finalmente, en Portugal, se actuó en el Palacio de los Duques de Braganza en Guimarães, con una monitorización similar a la realizada estos días en Francia, orientada sobre todo a conocer mejor las condiciones ambientales y estructurales del inmueble