Un total de 23 sensores medirán las condiciones ambientales interiores de la Catedral de Sevilla

Uno de los 23 sensores instalados en la Catedral de Sevilla.

La Catedral de Sevilla ha tomado la iniciativa de instalar en el edificio un sistema inalámbrico de registro de condiciones ambientales. El objetivo de esta decisión es conservar el patrimonio histórico que alberga en su interior. La catedral ha contado con la colaboración de TSA, empresa especializada en la conservación preventiva del patrimonio cultural.

Lo sensores medirán las condiciones ambientales del interior de la Catedral de Sevilla.

TSA ha instalado un total de 23 puntos de control en el interior de la catedral para monitorizar diversos parámetros como la temperatura y la humedad relativa ambiental o las condiciones lumínicas, entre otros factores. De esta forma, se puede conocer la evolución de los procesos químicos, físicos y biológicos que se producen en las instalaciones y poder llevar a cabo una conservación preventiva para frenar el proceso de deterioro, del altar, el retablo o de las tallas.

Los datos obtenidos, en tiempo real, permiten aportar información muy valiosa para las tareas diarias de conservación de la catedral. Esta monitorización ambiental, así como el estudio posterior de la información recopilada por los diferentes sensores permitirá a los responsables tomar decisiones en la gestión del edificio.

Futuras funcionalidades

Una de las ventajas del sistema es su gestión remota, ya que los usuarios podrán conocer en cualquier lugar y momento el estado de las condiciones ambientales de la catedral.

Además, esta solución permitirá en un futuro incorporar nuevos sensores que proporcionen otras funcionalidades para obtener información sobre el estado arquitectónico de la estructura de la catedral, así como contabilizar el número de personas que visitan las instalaciones para conocer de qué forma afectan al patrimonio, entre otras opciones.

 
 
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