La compañía Siemens ha incorporado en su catálogo el nuevo sensor de polvo fino PM2.5, enfocado a mejorar la calidad del aire a través de una climatización interior más saludable. Este modelo de sensor es capaz de medir la cantidad de partículas de polvo, suciedad y arena fina que hay en una sala y enviar dicha información a los sistemas de gestión de edificios (BMS).
El sensor PM2.5 ayuda a los sistemas HVAC a mejorar su rendimiento, lo que permite un mayor control energético y eficiencia. El sensor controla la calidad del aire en las unidades de tratamiento de aire y permite monitorizar la contaminación del aire en una o varias habitaciones.
A parte del modelo PM2.5, Siemens ha desarrollado otro modelo, el PM10, que tiene múltiples capacidades de medición para medir el polvo fino, la humedad y la temperatura.
Vida útil del sensor
El modelo PM2.5 dispone de una alta sensibilidad y tiene una vida útil de más de seis años. Gracias a su fácil instalación y configuración, los usuarios podrán reemplazarlos sin esfuerzos.
Las sondas proporcionan rápidamente mediciones correctas independientemente de la ocupación de la habitación y del edificio, reduciendo así los costes de puesta en marcha, servicio y operación. Este dispositivo cuenta con un diseño mecánico único, que permite que el aire entre y salga a través de la misma abertura. De esta manera, los sensores ofrecen una precisión muy nivelada.