Bajo el título ‘Edificios inteligentes: aportando valor a la nueva normalidad’, el informe de Siemens analiza la importancia de los edificios inteligentes para obtener una mayor eficiencia energética y poder cumplir con los objetivos de la Unión Europea sobre la descarbonización en 2050. Asimismo, muestra las posibilidades que ofrece la financiación inteligente.
El estudio de Siemens cubre cinco sectores: oficinas, hospitales, fabricación, edificios públicos y educación, de 14 países, que reflejan la necesidad global de crear este tipo de edificios y de qué manera cada país aplica un tipo de financiación inteligente diferente. Además, se establecen seis factores clave que se consideran los impulsores para acelerar la conversión de edificios inteligentes.
Uno de estos factores es la eficiencia energética. Según el informe, los edificios a nivel mundial representan el 40% del consumo energético y más de un tercio de las emisiones de carbono, y con un ahorro típico de eficiencia energética de al menos un 20%. Actualmente, el 75% del parque inmobiliario es energéticamente ineficiente y se estima que se mantendrá casi el 80% de los edificios actuales en 2050, por lo que una inversión tecnológica podría cambiar esta tendencia.
Otro factor es la pandemia del COVID-19, que ha provocado que se reconsidere el valor que ofrecen los edificios y los activos, debido a las nuevas normas de seguridad para evitar contagios, así como las nuevas formas de trabajar que han surgido en los últimos meses.
La importancia de la tecnología en la venta o alquiler
En el contexto actual, el informe argumenta que los edificios conectados serán más atractivos en el mercado inmobiliario para su arrendamiento, ya que, si un edificio no es inteligente, éste tiene menos posibilidades de ser alquilado, utilizado o conservado, afectando directamente al valor de los activos inmobiliarios.
Estos datos se basan en el informe de la Comisión Europea sobre ‘Los beneficios macroeconómicos y otros beneficios de la eficiencia energética’, donde se refleja que un edificio inteligente y de mayor rendimiento puede aumentar hasta un 11,8% el valor de arrendamiento. A consecuencia de ello, los valores de ventas ascienden entre un 5% y un 35%.
Con estos datos, el informe de Siemens manifiesta que los edificios que no se actualicen tecnológicamente podrían quedarse obsoletos, lo que afectaría desfavorablemente a las condiciones de mercado, teniendo períodos de crecimiento económico bajo o negativo. Para evitar estas circunstancias, existen varios impulsores del cambio que actúan simultáneamente para conseguir que los edificios sean más inteligentes.
Estos factores son la presión económica que busca reducir los costes, a través de la eficiencia energética; las nuevas formas de trabajar enfocadas a la higiene, seguridad y control de infecciones; nuevos requisitos normativos sobre la seguridad y protección contra incendios; así como el impulso para obtener estándares ambientales más altos.
La presión de la pandemia
La situación producida por la pandemia del COVID-19 ha llevado tanto a los propietarios como administradores de edificios a reconvertir los espacios para cumplir con las medidas de seguridad y la limitación de aforos. Según un análisis publicado en EE News Europe, en 2020, solo el 17% de las empresas están aplicando políticas de edificios inteligentes y, de éstas, el 22% aumentarán el presupuesto asignado para implementar nuevas tecnologías enfocadas a la digitalización de los edificios en los próximos tres años.
Asimismo, el estudio de mercado ‘Global Building Automation Size, Status and Forecast 2020-2026’, prevé que el tamaño del mercado mundial de la automatización en edificios alcance aproximadamente los 92.187 millones de euros para 2026, con una tasa compuesta de crecimiento anual promedio del 8,2 % durante 2020-2026.
Desde el 2015 hasta el 2020, los sectores donde se ha visto un mayor crecimiento de los dispositivos conectados en los edificios inteligentes han sido en espacios sanitarios (con más de 3.500 millones de dispositivos), hostelería (3.000 millones), seguido de la industria (2.500 millones). En los sectores donde menos ha aumentado han sido en el hogar inteligente y en los inmuebles comerciales, ambos con casi 500 millones de dispositivos.
Financiación inteligente
Para transformar un edificio en inteligente, se requiere de una inversión adaptada a cada empresa. Según el informe, una de las mejores opciones es la financiación inteligente, que aprovecha los ahorros obtenidos en la reducción del consumo energético para subsidiar o, incluso, pagar la conversión general del edificio inteligente.
El informe señala dos tipos de financiación inteligente. Por un lado, está la financiación que se centra en la eficiencia de los edificios como un servicio (BEaaS, por sus siglas en inglés). En esta opción, el proveedor de soluciones instala tecnología y sistemas que ofrecen un ahorro energético en el edificio y se aprovecha la reducción de los costes de energía para financiar el coste de conservación. Finalizado el periodo de financiación, el propietario se beneficia de la reducción continua del consumo de energía.
Por otro lado, está la financiación de productos y proyectos, que se dividen en dos categorías. En la primera existen varias formas de financiación de la tecnología y los equipos inteligentes para la gestión del coste de adquisición de actualizaciones. En este caso, los acuerdos de financiación suelen estar basados en estructuras de arrendamiento. Y, en la segunda opción, los integradores o distribuidores proporcionan a los clientes pagos escalonados.
El informe ‘Edificios inteligentes: aportando valor a la nueva normalidad’ de Siemens muestra la importancia que están adquiriendo los edificios conectados, como parte de una de las soluciones para reducir el consumo energético a nivel mundial y como una ayuda a detener el avance de la pandemia reduciendo el número de contagios en interiores. Sin embargo, para conseguir este tipo de edificación, es necesario disponer de una financiación adaptada al tipo de proyecto.