La encuesta anual ‘Energy Efficiency Indicator 2020’ realizada por Johnson Controls muestra que más de la mitad de las organizaciones planean aumentar la inversión en tecnología de edificios inteligentes, eficiencia energética y energía renovable en 2021.
Según la encuesta, los factores que determinan la inversión son la reducción de los costes de energía, con un 85% de los encuestados que consideran que es un factor de inversión muy importante, y proteger la salud y la seguridad de los ocupantes, que se convierte en una inversión extremadamente importante para el 76% de las empresas participantes.
La encuesta refleja que la mayoría de los encuestados (85%) están dispuestos a aumentar la flexibilidad de las instalaciones para mejorar la respuesta ante una variedad de condiciones de emergencia. Asimismo, el 75% de las organizaciones han invertido en la integración de sistemas de seguridad con otros sistemas de tecnología de edificios, aumentando un 36% con respecto al estudio de 2019. Y un tercio planea invertir en la integración de sistemas de tecnología de construcción con recursos energéticos renovables en 2021, lo que supone un 15% más con respecto a 2020.
Por otro lado, el 79% de los encuestados señala que el análisis de datos y el aprendizaje automático tendrán un impacto muy significativo en los edificios, un 5% más que en el estudio del año pasado.
Calidad del aire
En cuanto a la calidad del aire, las empresas encuestadas ya tienen o planean aumentar la filtración de aire (79%), instalar un sistema de tratamiento de aire (las tres cuartas partes de los encuestados) y aumentar las tasas de ventilación del aire exterior (72%). Uno de los motivos que ha impulsado estas iniciativas es la pandemia del COVID-19, que ha provocado que la calidad del aire interior se haya convertido en uno de los problemas más urgentes a abordar.
En la parte relacionada con la eficiencia energética, el estudio reveló que el 10% de las instalaciones redujo el uso de la energía en más del 20% durante la pandemia. Por otro lado, el interés por los edificios con energía neta cero (Net Zero Energy) ha aumentado un 7% respecto a 2019, alcanzando el 70% de las organizaciones que consideran la disposición de una o más instalaciones con un estado de energía o carbono casi cero en los próximos diez años.