La Asociación de estándares IEEE (IEEE SA) ha anunciado la aprobación del nuevo estándar IEEE 1904.2, que permite el control y la gestión de enlaces virtuales en redes de acceso de abonado basadas en ethernet, proporcionando un mecanismo para que los dispositivos utilicen enlaces virtuales entre la estación de gestión y los dispositivos.
El protocolo de operaciones, administración y mantenimiento (OAM) es el encargado de gestionar las redes ethernet. Basado en enlaces, los dispositivos conectados cercanos entre sí solo pueden comunicarse entre sí con OAM, dificultando la comunicación con los dispositivos que se encuentran más lejos.
Gracias al estándar IEEE 1904.2, el protocolo OAM considera que todos los dispositivos administrados de forma remota están cerca y ofrece la posibilidad a los operadores de red de monitorizar el estado y salud de los dispositivos remotos en una red, pudiendo tomar acciones correctivas cuando sea necesario desde una sola ubicación.
Además, con el estándar IEEE 1904.2, el operador podrá consolidar todas las funciones de gestión en una ubicación y dirigir los mensajes OMCI (protocolo de interfaz de control y gestión de ONU) a través de túneles específicos a sus destinos exactos. El estándar IEEE 1904.2 también admite extensiones específicas de la organización, de modo que un proveedor u operador puede usarlo para sus propios protocolos y tecnologías diseñados específicamente.
Funcionamiento simplificado
Otra ventaja clave del nuevo estándar es que solo los dispositivos de origen y destino deben cumplir con la especificación IEEE 1904.2. Cualquier dispositivo ethernet intermedio funciona como siempre y ni siquiera necesita conocer la especificación IEEE 1904.2.
Por otro lado, el nuevo estándar permite la gestión remota de millones de dispositivos dispersos geográficamente, ya que se encarga de describir cómo transmitir los mensajes entre la estación de administración y cualquiera de los dispositivos administrados a través de grandes redes de dos capas.
El uso del estándar IEEE 1904.2 proporcionará a las organizaciones una mayor interoperabilidad entre los dispositivos remotos, un menor coste al utilizar una sola ubicación para la monitorización de la red y un aumento de la innovación, permitiendo a los proveedores y operadores utilizar enlaces virtuales para facilitar nuevos protocolos propietarios o nuevas aplicaciones.