El proyecto Smart Homes for Seniors analiza la adaptación de las personas mayores a los dispositivos domésticos inteligentes

Esquema.

El proyecto Smart Homes for Seniors (también conocido como Intelligent Home Solutions for Independent Living) ha abordado las lagunas de investigación y conocimiento relacionadas con el uso de las tecnologías inteligentes en las viviendas conectadas por parte de las personas mayores, al tiempo que ha evaluado su potencial para apoyar el bienestar y la independencia de los usuarios en sus viviendas.

En el proyecto participaron 33 personas, en un rango de edad de entre 73 y 93 años.

El proyecto, que comenzó en 2019 y terminó en 2021, fue liderado por el proveedor de servicios McLean Care, en asociación con la Universidad de Deakin y la Universidad de Monash, ambas en Australia; y financiado por el Programa de Apoyo al Hogar de la Commonwealth 2019 del Gobierno de Australia.

El proyecto se ha desarrollado en 23 viviendas ubicadas en la región de Nueva Inglaterra de Nueva Gales del Sur, Australia, en concreto en las localidades de Inverell, Tamworth y Gunnedah. Estas viviendas fueron escogidas de la base de datos australiana de Commonwealth Home Support Programme (CHSP) por McLean Care.

Metodología aplicada

Para llevar a cabo el proyecto, la Universidad de Deakin desarrolló un marco de recopilación de datos, que permitió obtener información de todos los dispositivos para su posterior análisis. El marco fue diseñado específicamente para supervisar el funcionamiento de los dispositivos domésticos inteligentes e informar sobre cuestiones que afectarán a su rendimiento como la pérdida de la conexión a Internet o si un sistema no estaba funcionando como se esperaba.

Los usuarios que participaron en el proyecto colaboraron para seleccionar los dispositivos que se instalarían en sus viviendas.

Por su parte, la Universidad de Monash llevó a cabo diversos estudios de investigación etnográficos, como entrevistas, visitas domiciliarias, recorridos en vídeo, demostraciones de tecnología, observaciones, seguimiento de llamadas telefónicas y videollamadas detalladas. De esta forma, se pudo documentar y comprender las experiencias de los participantes con las tecnologías.

Asimismo, el equipo del proyecto realizó una selección interna para identificar los dispositivos domésticos inteligentes más adecuados para aplicar a lo largo de la investigación. Para el proceso de selección, se examinó la funcionalidad, la capacidad (por ejemplo, protocolos de comunicación, tecnologías patentadas, sistemas abiertos o cerrados) y conectividad (Internet, red y otros requisitos) de una gama de productos domésticos inteligentes disponibles en el mercado.

Los técnicos evaluaron los dispositivos que mejor se adaptaban a cada vivienda y enseñaron a los usuarios a manejar los sistemas.

A través de un enfoque de codiseño, un total de 33 personas mayores, de entre 73 y 93 años, participaron en el proyecto y se las involucró para realizar una revisión de los dispositivos utilizados, con el fin de determinar su accesibilidad y utilidad. Con la ayuda de un técnico, se valoró el diseño de cada vivienda, lo que permitió seleccionar los dispositivos que más se adecuaban a cada caso.

Tras esta selección, se instalaron un total de 81 asistentes virtuales Google Home, 58 luces inteligentes, 13 hervidores inteligentes, 15 aspiradoras robóticas, así como interruptores inteligentes, sensores de inundación, pulsadores inteligentes y estaciones meteorológicas, entre otros sistemas.

Dispositivos más utilizados

Entre todos los dispositivos inteligentes implementados en las viviendas, el que tuvo mejor aceptación y mayor uso fue el asistente virtual Google Home. La recopilación de datos mostró que este sistema tuvo un uso diario por parte de las personas mayores en todas las viviendas.

Uno de los motivos por lo que los usuarios utilizaban con mayor frecuencia el asistente virtual fue su facilidad de uso.

En segundo lugar, se sitúa la iluminación inteligente, con la que los participantes interactuaron, principalmente, a través del asistente virtual. Los usuarios optaron por utilizar los comandos de voz para gestionar los sistemas inteligentes como las luces, los interruptores, el hervidor y la aspiradora, ya que les resultaba más sencillo y cómodo.

Los interruptores inteligentes ubicados en la cocina o en el salón fueron los que más uso tuvieron, en comparación con los instalados en el dormitorio o comedor. Respecto a su control, los participantes preferían aplicar los comandos de voz para interactuar con las luces, antes que con los propios interruptores, ya que no sentían confianza, particularmente con los que eran táctiles, debido a que les resultaba confuso saber qué botón o el número de pulsaciones eran necesarios para interactuar con las diferentes luces.

Los interruptores táctiles fueron los que menos se utilizaron, mientras que el asistente virtual fue una de las elecciones preferidas para el control de la iluminación.

El proyecto reveló que en algunas viviendas se usó un botón inteligente para controlar la luz del baño, pero los participantes volvieron a utilizar el interruptor tradicional, ya que consideraron que no veían un beneficio personal en el uso de dicho botón.

Sin embargo, otros participantes sí que acogieron este sistema y otros que se implementaron debido a la confiabilidad, tacto y su capacidad para memorizar las funciones, facilitando el día a día de la persona.

Resultados finales del proyecto

Las conclusiones recogidas por el equipo del proyecto Smart Homes for Seniors resaltan el impacto positivo que proporcionan los dispositivos inteligentes en el bienestar de las personas mayores en una amplia gama de actividades diarias.

En la gráfica se muestran las diferentes preferencias para interactuar con las luces e interruptores inteligentes.

Por otro lado, el proyecto destacó una serie de importantes condiciones de apoyo para garantizar el éxito de captación y de uso de los dispositivos domésticos inteligentes. Entre las acciones a tener en cuenta, se destacan la adaptación de dispositivos a las necesidades únicas de cada individuo o vivienda, soporte técnico accesible y continuo, así como abordar de manera proactiva las preocupaciones comunes de las personas mayores sobre los posibles riesgos o problemas relacionados con el uso de dispositivos domésticos inteligentes, como, por ejemplo, volverse demasiado dependiente de ellos.

Además, resalta la importancia de hacer ver a los usuarios finales que los dispositivos domésticos inteligentes son complementos que ayudan a las personas a seguir siendo independientes en sus propias viviendas, en lugar de reemplazos de otros servicios de cuidado de personas mayores.

Con una edad promedio de casi 82 ​​años, los 33 participantes de este ensayo demostraron su capacidad para adaptar, modificar, integrar, aceptar o excluir tecnologías en su vida diaria en función de su interacciones y experiencias únicas con los dispositivos inteligentes. Tras la finalización del proyecto, solo 14 viviendas mantienen los sistemas implementados.

 
 
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