El proyecto europeo CISC tiene el objetivo de capacitar a 14 científicos de inteligencia colaborativa pioneros en el mundo en situaciones críticas para la seguridad y proporcionar un modelo para la capacitación de posgrado en esta área.
El desarrollo de sistemas de inteligencia colaborativa requiere un conjunto de habilidades interdisciplinarias que combinen experiencia en inteligencia artificial, factores humanos, neuroergonomía e ingeniería de seguridad de sistemas. Los científicos que participen en el proyecto serán capacitados en el modelado de la dinámica del comportamiento del sistema, el diseño y la implementación de procesos capaces de monitorizar las interacciones entre los sistemas automatizados y los humanos que los utilizarán.
Con una duración de tres años (enero de 2021-diciembre de 2024), el proyecto CISC está liderado por la Universidad Tecnológica de Dublín (Irlanda) y cuenta con la colaboración de un consorcio compuesto por 12 miembros procedentes de Italia, Serbia, Irlanda y Dinamarca. Para desarrollar el proyecto, el consorcio dispone de 3.605.548,32 euros, financiados íntegramente por el programa de investigación Horizonte 2020 de la Comisión Europea.
Programa de capacitación
Según la información publicada en el Servicio de Información Comunitario sobre Investigación y Desarrollo (Cordis, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea, el programa de capacitación de CISC desarrollará a científicos de inteligencia colaborativa con la experiencia y el conjunto de habilidades necesarias para llevar a cabo las principales tareas requeridas para desarrollar un sistema de inteligencia colaborativa.
Entre las tareas, destacan el modelado de la dinámica de los comportamientos del sistema para los procesos de producción, sistemas IoT e infraestructuras críticas; diseño e implementación de procesos capaces de monitorizar las interacciones entre los sistemas automatizados y los humanos destinados a usarlos; utilizar el análisis de datos y la inteligencia artificial para crear nuevos paradigmas de automatización humana en el circuito para respaldar la toma de decisiones y/o anticipar escenarios críticos; así como gestionar las implicaciones legales y éticas en el uso de sensores portátiles de registro fisiológico y datos de rendimiento humano en algoritmos de inteligencia artificial.