El Ayuntamiento de Zaragoza, a través de la Consejería de Economía, Innovación y Empleo, ha anunciado que volverá a impulsar este año el proyecto de medición de la calidad del aire en los comercios zaragozanos. Con una inversión de 130.000 euros, este proyecto se ampliará a 65 comercios de la ciudad.
Para llevar a cabo el desarrollo del proyecto de medición de la calidad del aire interior en los comercios, el consistorio firmará un nuevo convenio con la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS) y el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón.
Resultados del primer proyecto
El Instituto de Investigación Sanitaria ha presentado las conclusiones del primer proyecto en el que participaron 40 comercios. Tras la fase de análisis de los datos recogidos entre diciembre de 2021 y febrero de 2022, la primera conclusión apunta que los niveles de CO2 en los comercios analizados del centro de Zaragoza no tienen un riesgo alto de contagio por aerosoles y que las medidas que se puedan implementar para mejorar la calidad del aire ante un aumento de las ratios son fáciles de aplicar, contribuyendo así a una disminución del riesgo de transmisión de enfermedades respiratorias.
Durante la realización del piloto, cada comercio recibió unas sesiones formativas que han servido para que los responsables de los comercios reafirmaran e incrementaran su concienciación sobre la importancia de la calidad del aire. Asimismo, los comercios se han mostrado involucrados en el proyecto y su disponibilidad para la implementación de medidas en el caso que fuera necesario.
En cuanto a la tipología y actividad en el comercio, en lo que afecta a la renovación del aire, el documento apunta que debería estudiarse cada establecimiento de forma independiente, ya que en función del tipo de actividad o tamaño del local los niveles de CO2 cambian.
Instalación de 85 medidores de CO2
Para el desarrollo del piloto, en los 40 establecimientos comerciales de ECOS ubicados en la zona centro de Zaragoza se instalaron 85 medidores de concentración de CO2. Esos aparatos estuvieron permanentemente operativos y transmitieron telemáticamente sus lecturas cada muy pocos minutos al equipo investigador del proyecto para su análisis, interpretación y valoración.
El primer paso del proyecto tuvo lugar con la monitorización de los establecimientos seleccionados por parte del IIS Aragón. El objetivo era conocer in situ cómo funcionaba cada uno de los espacios. Los aparatos estaban dotados de tecnología de infrarrojo no dispersivo (NDIR) y con distribución variable en función del tamaño de cada establecimiento.