Los ingenieros de la Universidad de Waterloo (Canadá) han desarrollado un sistema capaz de monitorizar las actividades, como dormir, comer y la frecuencia de uso del baño de las personas mayores que residen en sus viviendas. Este sistema aprovecha la inteligencia artificial (IA) y la tecnología inalámbrica para monitorizar a los usuarios de manera discreta, al tiempo que proporciona información para detectar rápidamente problemas de salud emergentes.
El nuevo sistema sigue las actividades de una persona de manera precisa y continua mientras recopila información vital sin la necesidad de un dispositivo portátil, alertando a los expertos médicos sobre la necesidad de intervenir y ofrecer ayuda.
El sistema cuenta con un transmisor inalámbrico que envía formas de onda de baja potencia a través de un espacio interior, como una sala de cuidados a largo plazo, un apartamento o una casa. A medida que las formas de onda rebotan en diferentes objetos y en las personas que están siendo monitorizadas, son capturadas y procesadas por un receptor. Esa información ingresa en un motor de IA que descifra las ondas procesadas para aplicaciones de detección y monitorización.
Alertas a los cuidadores sobre un posible problema
Los cuidadores reciben alertas sobre una disminución general de la movilidad, una mayor probabilidad de caídas, la posibilidad de una infección del tracto urinario y la aparición de otras afecciones médicas.
Empleando tecnología de radar de potencia extremadamente baja, el sistema se puede montar en el techo o en la pared y no tiene los inconvenientes de los dispositivos portátiles, que pueden ser incómodos y requieren cargar frecuentemente la batería.
Los investigadores de Waterloo se han asociado con una empresa canadiense, Gold Sentintel, para comercializar la tecnología, que ya se ha instalado en varias residencias de ancianos.