El fabricante español SENSONET pone a disposición de sus clientes el servicio de verificación in situ de la calibración de los sensores de su sistema SENSONET, para reducir los costes de mantenimiento y disminuir el tiempo de interrupción del funcionamiento de los sensores. El objetivo es garantizar que los sensores proporcionan una monitorización de los parámetros de las condiciones ambientales, como temperatura, humedad relativa y CO2, lo más precisas posibles.
SENSONET utiliza un sensor semiconductor para medir la temperatura y humedad relativa. Este componente mide ambos parámetros y garantiza la calibración en el proceso de fabricación del propio chip y un envejecimiento nulo si se usa en los rangos típicos de un museo u oficina. Gracias a la tecnología semiconductora, los sensores SENSONET no se descalibran tras varios años de uso, según la compañía.
El fabricante del semiconductor utilizado en los productos de SENSONET garantiza que los componentes cumplen con los criterios del NIST y NPL al salir de la fábrica, de forma que SENSONET se limita a leer y transmitir vía radio la medida de temperatura y humedad relativa al controlador SENSONET.
Aún así, la compañía proporciona un servicio de verificación in situ para calibrar los sensores y asegurar al cliente que los sensores siguen funcionando dentro de los parámetros preestablecidos en el momento de su instalación.
Procedimiento de la verificación in situ
El procedimiento de verificación in situ es muy sencillo. Todos los sensores se depositan en una caja de plástico con una tapa cuasi estanca y se introduce un sensor nuevo recientemente calibrado por un laboratorio ENAC. Se espera una hora a que se estabilicen las medidas y se realiza el informe oportuno.
Para ello, el programa SENSODAT cuenta con un modo especial del Administrador que permite hacer un informe de forma rápida y sencilla. En este informe se detalla la media de temperatura y la media de humedad de todos los sensores y se comparan las medidas contra esas medias o contra el sensor patrón recientemente calibrado, mostrándose las desviaciones de ambas medidas. De forma casi instantánea, se puede ver qué sensores están estropeados o midiendo incorrectamente.
Una de las principales ventajas de la verificación in situ es que el cliente no tiene que enviar sus sensores a terceros y prescindir de las medidas durante días o semanas. Solo tendrá un lapsus de unas dos o tres horas en el que las medidas no son las reales a su aplicación, sino las tomadas durante esta prueba.