La Universidad de Glasgow (Escocia) ha desarrollado una cámara capaz de ver un objeto escondido detrás de una esquina o crear una imagen de algo incrustado dentro o detrás de una pared. Esto es posible gracias a la técnica de luz en vuelo, que con una cámara de gran velocidad se puede registrar ‘cuándo’ la luz llega al sensor y no solo ‘dónde’. Con esta información de sincronización, la cámara genera las imágenes de formas muy poco convencionales.
La exposición de la luz a un material o sensor fotosensible crea una imagen. La luz está formada por partículas conocidas como fotones, que se propagan en el vacío a poco menos de 300 millones de metros por segundo.
La capacidad de capturar la luz en vuelo depende de las cámaras que tienen una velocidad de cuadros de un billón de cuadros por segundo. También se basa en técnicas computacionales que pueden reconstruir imágenes significativas a partir de la colección de una cantidad extremadamente pequeña de luz.
Esto se debe a que estas tecnologías se basan en detectores que recopilan un solo fotón a la vez. Esta técnica se llama conteo de fotones individuales correlacionados con el tiempo, que utiliza un pulso láser inicial que pone en marcha el cronómetro de la cámara; cuando los fotones resultantes llegan al sensor, se registra el tiempo que tardaron en llegar allí.
Funcionamiento del conteo de fotones individuales
La luz en vuelo hace posible obtener imágenes en las esquinas. Un pulso de luz láser rebota en una pared, se dispersa, se extiende y luego incide en un objeto oculto que se encuentra detrás de una esquina. El detector captura algunos de los fotones que regresan de este objeto a la pared de dispersión.
Posteriormente, se utilizan técnicas computacionales avanzadas para determinar una imagen a partir de este patrón de fotones. Este proceso refleja los principios de localización de sonar o eco. La técnica de luz en vuelo también se puede aplicar para obtener imágenes a través de objetos opacos, como paredes.