Las nuevas tecnologías ayudan a los edificios a pasar de ser meros usuarios de energía a ser participantes activos de ella. Esto permite optimizar su consumo, producción y almacenamiento de energía, lo que en última instancia conduce a una mayor comodidad de los ocupantes y a un funcionamiento más fluido de la red. El proyecto Phoenix ha desarrollado una cartera de soluciones TIC para aumentar la inteligencia de los sistemas y dispositivos heredados en los edificios existentes.
Al modernizar estos edificios con tecnología de vanguardia, Phoenix ayuda a impulsar significativamente su indicador de preparación inteligente (SRI) y su eficiencia energética general. La mejora de la inteligencia del edificio ha sido a través de la prestación de servicios con dispositivos conectados a Internet. Según el consorcio, al desarrollar metodologías para hacer que los equipos de los edificios sean más inteligentes, el proyecto tiene como objetivo mejorar el control, maximizar la cantidad de servicios, minimizar el consumo de energía y mejorar la comodidad y el bienestar de los ocupantes.
Hasta ahora el proceso de transformación de edificios en estructuras inteligentes ha estado algo fragmentado. Cada dispositivo normalmente funciona por sí solo, con protocolos de comunicación, bases de datos y servicios separados, lo que obstaculiza todo el potencial de la tecnología de construcción inteligente. La solución Phoenix aborda esto estableciendo conexiones entre dispositivos a un nivel fundamental. Esto ayuda a crear un conjunto unificado de motores, donde se valoran los flujos de datos y los servicios inteligentes se integran, según la información publicada en el Servicio de Información Comunitario sobre Investigación y Desarrollo (Cordis, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea.
Arquitectura en capas
La arquitectura de la solución Phoenix se divide en diferentes capas. La capa de activos integra equipos heredados utilizando múltiples sensores y sistemas de comunicación para monitorizar y controlar su operación. La capa de integración permite el control remoto y la monitorización de datos de diferentes sistemas de edificios, equipos y fuentes de datos externas, homogeneizando protocolos de comunicación y formatos de datos.
Al recopilar y analizar datos, la capa de conocimiento permite capacidades de autoaprendizaje y decisiones automáticas. Al reflejar las interacciones entre los usuarios finales y las partes interesadas, la capa empresarial fomenta la participación democrática de todas las partes, mientras que la capa funcional ofrece soluciones inteligentes y rentables a los usuarios finales.
En última instancia, la capa de protección vertical garantiza la seguridad, privacidad y confianza de todas las operaciones. Phoenix aprovecha la inteligencia artificial y la computación en la nube para proporcionar el más alto nivel de inteligencia a los edificios existentes. Su cartera de soluciones TIC cubre todo, desde las actualizaciones de hardware y software necesarias en equipos heredados y la implementación óptima de sensores, hasta análisis de datos y servicios tanto para usuarios de edificios como para empresas de energía.
Plataforma IoT de Phoenix
Todas las tecnologías desarrolladas en el marco del proyecto Phoenix están dentro del marco de una plataforma IoT que gestiona datos de sensores y genera conocimiento a partir de ellos. Estos servicios se proporcionan a los usuarios a través de un sitio web y una aplicación móvil. Para validar y evaluar la solución propuesta, los socios de Phoenix realizaron cinco pruebas piloto diferentes en el mundo real en Irlanda, Grecia, España y Suecia. Estos pilotos han demostrado una reducción del consumo energético sin comprometer el confort de los ocupantes. Se han identificado una serie de resultados explotables que pueden convertirse en modelos de negocio para las empresas en el futuro.
Liderado por la Universidad de Murcia, el proyecto Phoenix comenzó en septiembre de 2021 y finalizó en agosto de 2023. Para llevar a cabo sus objetivos, el proyecto contó con un presupuesto de más de 5 millones de euros, de los cuales casi 4 millones estaban financiados por el programa de investigación Horizonte 2020 de la Comisión Europea.
Un total de 12 entidades procedentes de seis países (España, Grecia, Chipre, Austria, Irlanda y Suecia) han formado parte del consorcio de Phoenix.