Para contribuir a una mayor flexibilidad de la demanda de los hogares, ayudando a conseguir una red eléctrica más estable y optimizada, el Código de Conducta, desarrollado por la Comisión Europea junto con fabricantes, tiene el objetivo de aumentar el número de electrodomésticos energéticamente inteligentes comercializados en el mercado de la UE. Durante el lanzamiento, 10 empresas se han comprometido a desarrollar productos conectados interoperables en el plazo de un año.
Los electrodomésticos energéticamente inteligentes (ESA) en los hogares permiten a los consumidores cambiar el uso de electricidad según sus preferencias y otros parámetros, contribuyendo a la estabilidad de la red eléctrica o reduciendo potencialmente la factura de electricidad del hogar. Un ejemplo es hacer funcionar una bomba de calor o encender un lavavajillas cuando la generación renovable es más abundante, sin dejar de prestar el servicio esperado por el consumidor.
A diferencia de los dispositivos no interoperables, que tienen sistemas y servicios de control específicos según sus fabricantes, los electrodomésticos energéticamente inteligentes deberían ofrecer servicios comunes e intercambiar la misma información para habilitarlos.
Puntos clave de la primera versión del Código de Conducta
El objetivo del Código de Conducta es definir servicios comunes de flexibilidad de la demanda y la información que debe intercambiarse para habilitarlos, a un nivel semántico que pueda funcionar incluso cuando los fabricantes utilicen diferentes protocolos de comunicación técnica.
Los fabricantes de productos, las asociaciones industriales, las ONG, el mundo académico y los Estados miembros participaron en el proceso de creación de esta primera versión del Código de Conducta. Durante el lanzamiento, 10 empresas se comprometieron con el Código de Conducta de la UE: Daikin, Mitsubishi Electric, Arçelik, Clivet, Electrolux, Miele, Panasonic, Vaillant Group, Vestel y Viessmann.
Esta primera versión del Código de Conducta abarca una amplia gama de electrodomésticos que cuentan con etiqueta energética, como lavadoras, secadoras, lavavajillas o HVAC, incluidas las bombas de calor y calentamiento de agua. También incluye casos de uso como inicio flexible, monitorización del consumo de energía, limitación del consumo de energía, gestión del consumo de energía basada en tablas de incentivos y operación manual.
Además de ser beneficiosos para los consumidores, los productos que cumplen el Código de Conducta contribuirían en última instancia a varios objetivos como mejorar el impacto medioambiental del uso de la energía en todo el sistema energético, contribuyendo a la estabilidad de la red y a la seguridad de suministro y optimización económica.