Las nuevas medidas sobre el derecho a reparar con el fin de reducir los residuos y reforzar el sector de la reparación, que han sido aprobadas por el Parlamento Europeo, incluyen la obligación a reparar un producto por un precio y en un plazo razonable tras el fin de la garantía; acceso a piezas de recambio, información y herramientas relacionadas con la reparación para los consumidores; incentivos para optar por la reparación, como vales y fondos; y plataformas online para ayudar a los consumidores a encontrar servicios de reparación locales y tiendas con productos reacondicionados.
En febrero de este año el Consejo Europeo y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo provisional sobre la directiva que promueve la reparación de bienes rotos o defectuosos, también conocida como directiva sobre el derecho a reparar (o R2R). Tras la aprobación de nuevas medidas por parte del Parlamento Europeo, el Consejo Europeo deberá adoptar formalmente la directiva y posteriormente se publicará en el Diario Oficial de la UE. Tras esto, los Estados miembros dispondrán de 24 meses para incorporarla a la legislación nacional.
A través de esta nueva normativa, se garantiza que los fabricantes presten servicios de reparación rentables e informen a los consumidores sobre su derecho a la reparación. La garantía legal de los bienes reparados podrá ampliarse un año más gracias a su garantía de calidad, lo que incentivará más a los consumidores a elegir la reparación en lugar de la sustitución. Tras la expiración de la garantía, el fabricante seguirá obligado a reparar productos domésticos comunes. Para conseguir potenciar la reparación, se facilitará el arreglo de productos a un precio más asequible.
Por su parte, los consumidores también podrán pedir prestado un dispositivo mientras el suyo está siendo reparado u optar por un dispositivo reacondicionado en el caso de que la reparación no fuese posible.
Formulario para evaluar y comparar los servicios de reparación
Por otro lado, un formulario europeo de información ayudará a los consumidores a evaluar y comparar los servicios de reparación. Para facilitar la reparación, se creará una plataforma europea en línea con secciones nacionales para asistir a los consumidores a encontrar talleres de reparación locales, vendedores de productos reacondicionados, compradores de artículos defectuosos o iniciativas de reparación comunitarias.
Asimismo, la normativa persigue reforzar el mercado de la reparación en la UE y reducir los costes de reparación para los consumidores. Los fabricantes tendrán que poner a disposición de éstos piezas de recambio y herramientas a un precio razonable, y tendrán prohibido recurrir a cláusulas contractuales y a técnicas relacionadas con los equipos o los programas informáticos que impidan la reparación de bienes. En concreto, no se podrá impedir el uso de repuestos de segunda mano o impresos en 3D por talleres de reparación independientes, ni negarse a reparar un producto ya sea por razones económicas o porque anteriormente fue reparado por terceros.
Con el objetivo de que las reparaciones sean más asequibles, cada Estado miembro tendrá que aplicar al menos una medida para promover la reparación, como vales y fondos de reparación, llevar a cabo campañas de información, ofrecer cursos de reparación o apoyar espacios de reparación comunitarios.