La Universidad Estatal de Carolina del Norte (EE.UU.) ha combinado técnicas de bordado tridimensional con el aprendizaje automático para crear un sensor basado en tela, que puede integrarse en el tejido de una prenda de vestir, con el fin de activar y controlar dispositivos electrónicos mediante el tacto.
El dispositivo se compone de dos partes: el propio sensor de presión bordado y un microchip que procesa y distribuye los datos recopilados por ese sensor. El sensor es triboeléctrico, lo que significa que se alimenta a sí mismo utilizando la carga eléctrica generada por la fricción entre sus múltiples capas.
El sensor está elaborado a partir de hilos formados por dos materiales triboeléctricos, uno con carga eléctrica positiva y otro con carga negativa, que se integraron en tejidos textiles convencionales mediante máquinas de bordar.
Distinción entre gestos asignados y entradas involuntarias
Respecto a su funcionamiento, los datos del sensor de presión se envían al microchip, que es responsable de convertir esa entrada sin procesar en instrucciones específicas para cualquier dispositivo conectado.
Los algoritmos de aprendizaje automático son clave para garantizar que este proceso funcione sin problemas, ya que el dispositivo debe poder distinguir entre gestos asignados a diferentes funciones, así como ignorar cualquier entrada involuntaria que pueda provenir del movimiento normal de la tela.
Para probar el sensor, los investigadores desarrollaron una aplicación móvil sencilla de reproducción de música que se conectaba al sensor a través de bluetooth. Diseñaron seis funciones para la aplicación: reproducir/pausar, siguiente canción, última canción, subir volumen, bajar volumen y silencio, cada una controlada mediante un gesto diferente en el sensor. Los investigadores pudieron utilizar el dispositivo para otras funciones, incluida la configuración e introducción de contraseñas y el control de videojuegos.